Morelia, Michoacán.- La jícama resulta refrescante durante la temporada de calor e incluso muchas personas la consideran una fruta, sin embargo, es una leguminosa que al ser acompañada con limón y chile da un sabor único, además tiene dos tipos: agua y leche.
Si te gusta la jícama y has notado un sabor diferente en algunas ocasiones puede ser al tipo que estabas consumiendo.
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Quizá en alguna ocasión escuchaste decir que es temporada de “jícama de agua” o en su defecto que algún gazpacho tenía “jícama de leche” para que conozcas sus diferencias te recomendamos continuar leyendo.
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La jícama de agua, generalmente es de forma bastante redondeada y con jugo transparente, mientras que la jícama de leche es más alargada y su jugo es blancuzco, además de que su textura al comer es un poco más dura.
Jícama baja en calorías, pero cuidado con el exceso
Jícama proviene del náhuatl “xicamatl”que significa “raíz de agua”, está compuesta de una variedad de nutrientes como Vitaminas A, B9 y C, calcio, fósforo, potasio, hierro, sodio, magnesio así como proteínas y lípidos.
Es considerada baja en calorías por lo que suele ser incluida en dietas para controlar o reducir el peso, provee fibra, es un alimento diurético, por lo que se toma como un alimento sano que ayuda al colón, riñones y en el combate contra la gota, sarna, fiebre e inflamación muscular.
Sin embargo, su consumo en exceso no es recomendado debido a que posee un alto contenido en almidón, además se debe tener cuidado con la semilla de esta planta debido a que tiene un alto contenido de rotenona, un insecticida natural.