Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El Vergel, una colonia que debería tener muy poca incidencia de robos, debido a lo cerca que se encuentran las oficinas centrales de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y la Fiscalía General del Estado, se ha convertido en una verdadera "boca de lobo", debido a la falta de alumbrado público.
Para Ana Flores, una joven que estudia Medicina en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, cruzar el borde de río después de las 19:00 horas es todo una travesía, ya que, señala, el terror que invade su cuerpo es latente, toda vez que la poca iluminación que se tiene en dicho espacio es una problemática a la que se ha enfrentado por varios años.
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Refiere que aunque hasta el momento no le ha pasado nada, las raras veces que ha caminado por el lugar siente un miedo muy grande, sobre todo ver la avenida Río Grande con sus espacios vacíos de un lado, donde la oscuridad se come todo lo que sus ojos alcanzan a ver.
La verdad es que como mujer me genera mucho miedo caminar por el río, prefiero esperar la combi que me lleva cerca de mi casa o pagar un Uber, antes de caminar por ahí, no me ha pasado algo hasta ahora, pero es mejor prevenir que lamentar un asalto o algo peor, con lo que se sabe sobre las desapariciones de las mujeres
De acuerdo con la Secretaría de Servicios Públicos del ayuntamiento, en esta zona se ha atendido de manera adecuada el tema del alumbrado público, sin embargo, señaló que la parte del río no cuenta con luminarias, ya que no existe aún zonas habitacionales para colocar el cableado adecuado.
Sumado a ello, la poca vigilancia que se tiene en el sector aumenta el miedo que tienen algunas familias, como en el caso de Yazmín Torres y su esposo Joel Mandujano, quienes expresan que muy rara vez ven presencia policial tanto del municipio como del estado o Guardia Nacional, lo que genera que muy pocas veces salgan a las calles de su colonia.
Comentan que aunque tienen un vehículo el miedo a ser asaltados siempre se encuentra presente, toda vez que existen muchos lotes baldíos en donde personas "malas" podrían hacer de las suyas y generar algún atraco, por lo que evitan estos espacios durante la noche.
"Yo tengo que esperar a mi esposa una vez que sale de su trabajo, nos vamos los dos a la casa y ahí nos quedamos, hacemos todo lo posible por tratar de comprar lo necesario para ya no salir por la noche y enfrentarnos a algo desagradable, ya que la policía ni sus luces", mencionó Mandujano.
Sin embargo, la falta de luz y de seguridad no es el único problema al que se enfrentan, ya que al tener al Río Grande cerca, otra incomodidad se hace presente a través de los mosquitos, lo que les origina el miedo de contraer alguna enfermedad como dengue o chikungunya.
Para Miguel Cervantes, quien vive en uno de los fraccionamientos de la colonia, los mosquitos se generan por la poca limpieza del Río Grande, el cual, indica, "por más que lo limpian, siempre tiene un olor horrible y hay mosquitos a todas horas".
Agregó que aunque lo han reportado al ayuntamiento para que se realicen las brigadas de fumigación, hasta el momento no han obtenido respuesta.
Este medio de comunicación trató de comunicarse con el director de Salud municipal, José Misael López Díaz, para conocer si se estaban llevando a cabo las atenciones en la zona tras la limpieza de drenes que arrancó desde la semana pasada, sin embargo, el funcionario no atendió el llamado.
Los problemas no acaban aquí, ya que existen otros a los que se han enfrentado los residentes, como la falta de transporte público y la molestia que ha generado el panteón colocado en dicha zona.