Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- La mañana es fresca, pero el sudor invade la frente del representante del INE asignado a la casilla de la Sección 1107, ubicada en el Colegio de las Américas. La apertura debió ser a las 08:00 horas pero 30 minutos después el centro educativo sigue cerrado y los electores se impacientan.
"Es que no llegó ninguno de los funcionarios de casilla", susurra una mujer en la fila que abarca dos cuadras. "Que irresponsables", le responde su vecina, "si se comprometieron deberían venir".
Los representantes del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Instituto Electoral de Michoacán (IEM) recorren la fila y preguntan entre los ciudadanos formados si alguno se anima a ser funcionario de casilla emergente. La mayoría dice que no, pero tres mujeres dan un paso al frente y se llevan el aplauso de los electores. El reloj marca las 08:45 horas.
Dentro del colegio las casillas están ubicadas en tres salones y el auditorio, éste último con cruces y flechas marcadas en el piso para mantener la distancia. Es falso que no llegara ninguno de los funcionarios de casilla, pero ciertamente hicieron falta varios de ellos con actividades esenciales.
Los salones de clases recobran su sentido original mientras los capacitadores del INE explican a los voluntarios cuáles son sus funciones y cómo usar los materiales electorales. Por si no fuera suficiente, a esta clase exprés se agregan los protocolos sanitarios que deben aplicar para evitar contagios por coronavirus.
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La fila crece afuera del colegio y el sol golpea con más fuerza a los electores, así que varios de ellos se acercan malhumorados a la puerta para preguntar cuándo piensan abrir las casillas. "Haremos una fila para personas de la tercera edad", les responden desde adentro y la noticia corre con tal rapidez que en cuestión de minutos hay una nueva hilera.
"¡Joven! ¿Me puede decir si me toca votar en esta casilla?", pregunta un elector impaciente al representante del IEM. Le responden que hay una página de internet donde puede consultar el dato, lo que detona el enojo del hombre quien se retira mientras repite una y otra vez "¡Muy mal, muy mal". La temperatura sube y los pies se cansan, combinación perfecta para detonar arranques de ira.
A las 09:20 pasa la primera votante, una ancianita en silla de ruedas que mantiene el buen ánimo a pesar del evidente nerviosismo de los funcionarios de casilla. "Denle espacio", exclama una presentante del INE, quien toma el control de la situación y pide la mampara móvil. El trámite tarda un par de minutos: prueba superada.
Los votantes pasan a cuentagotas a pesar de que no se les toma la temperatura en la entrada, el protocolo indica que únicamente recibirán una pequeña porción de alcohol en gel y deberán mantener metro y medio de distancia.
Ese mismo protocolo resalta que los funcionarios de casilla no deben tocar las credenciales de los electores y sin embargo lo hacen, aunque no tardan en hallar la solución a este problema y utilizan el desinfectante en aerosol para limpiar las identificaciones.
La votación toma ritmo y a las 10:30 horas entra el votante con el perfil más alto: se trata del candidato a la gubernatura del Partido Verde Ecologista de México, Juan Antonio Magaña de la Mora, quien pensaba sufragar a las 08:30 junto con toda su familia pero debió esperar, como los demás, mientras se organizaban las casillas.
Magaña de la Mora responde preguntas a la prensa mientras la fila de votantes avanza cada vez más rápido, será una jornada larga pero sin duda lo peor ha pasado.