Morelia, Mich.- (OEM-INFOMEX).- En el altar principal de la Catedral de Morelia tres diáconos hicieron la promesa, a partir de la cual se convierten en presbíteros encargados de llevar la práctica católica a la sociedad moreliana.
En una ceremonia de ordenanza católica que fue encabezada por el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, los diáconos José Ricardo Garduño Hernández, Fernando Ponce García y Luis Alberto Rodríguez Silvestre, se han sumado como presbíteros a la Arquidiócesis local.
En un mensaje emitido por el jerarca católico, se les invitó a llevar en alto el fruto de la formación sacerdotal y enaltecer los valores con los que fueron formados en el seminario local, pues les recordó que a partir de ese momento son mensajeros de Dios al llevar su palabra a los más necesitados de paz espiritual.
Los llamó a llevar la palabra de Dios a los jóvenes, las familias, los pobres, y recordar que están llamados a ser muestra del amor de Dios. “Sean conductores de paz en medio de un mundo de adversidades”, les mencionó.
El arzobispo le pidió a los tres nuevos presbíteros no rendirse ante las adversidades que el mundo presenta a quienes promueven la palabra de Dios, y a siempre recordar que “como sacerdotes, con el bautismo agregarán nuevos fieles y con la pertinencia llamarán a nuevos fieles a actuar el nombre de Cristo”.
Y ante el panorama social que atraviesa actualmente el país invitó a los sacerdotes a acercarse a quienes son víctimas de la violencia y ofrecerles el consuelo, la belleza de poderlos escuchar y sobre todo, a que dentro del confesionario ofrezcan apoyo y no juzguen a quienes han pecado, “escuchen organicen y hagan el bien y la caridad en beneficio del pueblo”, finalizó.
Tras el mensaje y algunas oraciones propias de la ceremonia, el arzobispo realizó el acto “más significativo” de la ordenanza que es la imposición de manos sobre la cabeza de los presbíteros, como una manera de traspasar la fuerza del Espíritu Santo y después se les unge el Santo Crisma que les da la posibilidad de ofrecer el perdón a nombre de Dios; reciben además la vestidura que los acompañará en su encomienda.