Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Los centros de conversión siguen su funcionamiento y en Morelia se han identificado algunos en diversas partes de la ciudad, comentó en entrevista Luis Antonio Cortés Salinas, encargado del área de Atención a Personas de la Diversidad Sexual del Gobierno de Morelia.
“Hemos identificado algunos en Santa María, Jesús del Monte y Mil Cumbres. Un número exacto no lo tenemos porque cuando vamos ya no están. Nosotros vamos con la intención de mapear la zona pues no contamos con la figura jurídica para hacer algo más”, explicó.
A lo anterior, el funcionario municipal, quien también es activista de los derechos LGBTIQ+, agregó: “Lamentablemente los centros de conversión son una situación que sigue pasando, además es difícil encontrarlos porque son móviles, es decir, los desmantelan de un momento a otro”.
En el marco del Mes del Orgullo y del próximo PRIDE que se realizará en Morelia este sábado 17 de junio, Luis Antonio Cortés Salinas comentó que algunos de estos espacios se han disfrazado en una figura de anexos, donde los propios padres son quienes llevan a los jóvenes a estas terapias.
El funcionario municipal explicó que diversos colectivos han colaborado con la Fiscalía General del Estado (FGE), recordando un caso ocurrido en 2022.
“El año pasado una madre ingresó a uno de estos centros a un joven menor de edad, entonces la Fiscalía interviene y rescatan al menor, lamentablemente como este chico hay muchos más pero si no está legislado el tema, poco podremos hacer”.
Por ello, el encargado del área de Atención a Personas de la Diversidad Sexual del Gobierno de Morelia lanzó un llamado a los diputados a legislar y destrabar el tema en el Congreso.
“Pido a los diputados que saquen de la congeladora la iniciativa que ya está, es decir, solo falta que tengan la voluntad y el compromiso que dicen tener con la comunidad LGBTIQ+ y aprobar esta Ley que prohíbe éstas terapias que son barbáricas”.
Las terapias de conversión, de acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), consisten en actos violentos, con agresiones físicas y psicológicas cometidas contra las personas para obligarlas que dejen de lado sus preferencias sexuales.
Víctor Madrigal-Borloz, experto independiente de la ONU ha señalado, explicó que estas prácticas son “inherentemente discriminatorias, crueles, inhumanas y degradantes y según el grado de dolor físico o mental infligido a la víctima, pueden equivaler a formas de tortura”.
Madrigal-Borloz señaló ante la ONU los abusos físicos, psicológicos y sexuales, así como la electrocución, la medicación forzada, el aislamiento, el confinamiento, las injurias y la humillación, son algunas de las acciones y métodos aplicados para tratar de obtener la conversión en las personas LGBTIQ+.