Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Para nutrirse, curarse y también para sostener la biodiversidad, los hongos son parte esencial del ecosistema en Michoacán, una de las diez entidades que más variedad tiene de esta especie.
Son alrededor de 700 clases de hongos y más de 200 son comestibles, asegura Esmeralda García, egresada de la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
De acuerdo a la especialista en micología, los estados que más diversidad poseen son Veracruz, Jalisco, el Estado de México y Michoacán. Sin embargo, los registros que se tienen son un tanto imprecisos, ya que hay muchas entidades en las cuales no hay muchos avances en esta clase de estudios.
La entidad michoacana es en definitiva una de las más ricas en variedad de hongos. Tan sólo en Senguio, se pueden encontrar más de 260 especies, de las cuales son comestibles alrededor de 50, según Mónica Sandoval Valdespino, presidenta del comité organizador de la Feria del Hongo, que año con año se realiza en este lugar.
Otro de los sitios donde se cuenta con una gran variedad es Yoricostio, en Tacámbaro, lo que ha derivado en la creación de la Asociación de Recolectores de Hongos Silvestres Comestibles, misma que organiza eventos gastronómicos y de turismo para los interesados.
Además de esos dos sitios, Michoacán tiene un rico mundo fungi. Se tiene registro de que al menos en 40 municipios del estado hay varias especies, desde los comestibles que se encuentran en los mercados y supermercados, hasta los alucinógenos.
Incluso, a decir de la especialista, en el estado se han llegado a descubrir algunas especies de las que no había registro en alguna otra entidad, como lo es la Xylaria michoacana.
Los más comunes
Entre los más comunes que nacen y se consumen en Michoacán están el hongo amarillo, cuyo nombre científico es cantharellus cibarius, y el trompa de puerco, que científicamente es nombrado hypomyces lactifluorum.
El hongo amarillo es una seta que crece en los bosques, generalmente cerca de los encinos, robles, alcornoques, entre otros árboles. Otras formas en las que se le conoce es amarillo, duraznillo, xóchil y chantarelle.
El trompa de puerco, de color anaranjado, suele encontrarse en las montañas michoacanas, sobre todo en temporada de lluvias. También se le nombra enchilado, colorado, barroso, charhamakua, chilnanacate, charhamaterekua, oreja de judas, oreja de judío, hongo enchilado, hongo trompa, chilnaco, hongo trompeta, entre otras acepciones.
Fundamentales en un ecosistema
Su relevancia para la biodiversidad radica en que ayudan a descomponer la materia orgánica y son los mejores aliados de los árboles para que estos puedan absorber los nutrientes.
Para Esmeralda García, sin hongos la vida no sería como la conocemos, ya que son los recicladores de nutrientes como el fósforo y el carbono. Por ello, generalmente crecen alrededor de las raíces de los árboles y el 90 por ciento de éstos tienen hongos viviendo a su lado y debajo de ellos.
¿De qué te curan?
La mayoría de los hongos comestibles, además de tener propiedades antioxidantes y antinflamatorias, ayudan a mejorar la circulación sanguínea, expuso el médico nicolaita enfocado en medicina natural, Daniel Buen Abad Díaz.
Además, el mundo fungi es un laboratorio que ayuda en la prevención y curación para enfermedades nerviosas y mentales, como lo es la demencia, Alzheimer y esclerosis múltiple, debido a que generan neuroprotectores, es decir, ayudan a la que las neuronas tengan un adecuado recubrimiento y así su funcionamiento sea el óptimo.
Los niños santos
Los hongos conocidos como “niños santos” son unos de los que tienen pscilocybe y provocan un efecto alucinógeno. También se les conoce como hongos de San Isidro y en diferentes culturas ancestrales se han usado desde hace miles de años, comparte Diego Delgado, quien se dedica a dirigir ceremonias de tradición con esta especie.
“Lo más importante es tener un propósito, una intención para no quedarse en la parte de la psicodelia y realmente hacer un trabajo que nos lleve a ser una mejor persona”, compartió quien es conocido como “El Jefe Diego”.
Son diferentes del hongo derrumbe, que es usado para ceremonias nocturnas, en las que la introspección es más profunda, por lo que no se suelen recomendar para las personas que acuden por primera vez a una experiencia de este tipo.
Desde su temazcal en Umécuaro, Diego ha acompañado a cientos de personas que buscan una sanación y ha sido testigo de que las plantas, usándolas “con respeto y sin combinarlas”, tiene efectos poderosos.