/ domingo 5 de enero de 2020

Hay buena respuesta a las retas de ajedrez

Estos juegos cuentan con instructores que enseñan los movimientos básicos a quienes no tienen mucha práctica

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- En el primer domingo del 2020, el clima que era congelante por la mañana se convierte en cálido hacia mediodía, por lo que cientos de morelianos y uno que otro turista se da tiempo para caminar por el Centro Histórico de Morelia y disfrutar de su belleza arquitectónica mientras los ciclistas aprovechan para dar un paseo en gran parte de la Avenida Madero.

En la Plaza de Armas, el kiosco central aún alberga al Nacimiento que en cuanto llegue el 6 de enero habrá de retirarse, pero de momento esas figuras que representan la llegada del hijo de Dios son mudos testigos de sendas partidas de ajedrez que se disputan por dos vías: un tablero con piezas gigantes tomado en su mayoría por niños y adolecentes, mientras que a unos pasos se coloca una mesa con un par de tableros de tamaño convencional en el que los más adultos se retan para ver quién sale avante en el llamado deporte-ciencia.

Coordinado por el Ayuntamiento de Morelia, estos juegos de ajedrez suelen contar con instructores que enseñan los movimientos básicos a quienes no tienen mucha idea de la estrategia para sortear reyes, reinas, torres, alfiles, caballos y peones. Cada domingo arriban a las 11 de la mañana y se retiran por ahí de las 5 de la tarde, cuando la luz natural comienza a caer.

Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia

Sin embargo, en este primer domingo del año no hay instructor alguno, solo los jóvenes voluntarios que vigilan que todo se lleve en orden, lo cual es muy sencillo dado que los jugadores llegan a lo suyo: aplicar el jaque mate a los rivales que acaban de conocer.

Alrededor de las partidas todo es muy colorido: una pareja mira los juegos mientras sostienen una caja con tremenda rosca de Reyes en el interior, un pequeño porta la máscara del Hombre Araña y sus padres se toman selfies frente al nacimiento, pero cuando quieren salir los tres, le piden a un policía que dispare desde el celular, a lo que el uniformado accede de manera amable.

Al tiempo que el ajedrez gigante es jugado por dos adolescentes, un hombre mayor duerme a pierna suelta sobre una de las bancas de la Plaza de Armas; nadie lo molesta, ni siquiera el policía que está más preocupado por dar rondines por el sitio.

Las estrategias de los jugadores también son observadas por una mujer de la tercera edad que sostiene unos “futbolitos”, ese juego fabricado con madera que no pasará nunca de moda, por más que se generen los más realistas videojuegos como el FIFA 2019.

Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia

Para Pablo, uno de los muchachos que se entretuvo por más de media hora moviendo piezas y que a final de cuentas perdió, el ajedrez representa un buen pasatiempo que además le exige pensar, esforzarse más allá de lo cotidiano: “Todavía no soy experto, pero ya le entiendo bien y seguiré jugando, tal vez para que en el futuro me meta a competencias nacionales”, nos dice antes de seguir caminando y mientras su padre lo anima con un “bien jugado, hijo”.

Las partidas continuarán a lo largo de la tarde para beneplácito no sólo de los jugadores, sino de los paseantes que por si fuera poco encuentran a un perro callejero bastante juguetón, de esos que sí van por cualquier objeto que se les lance para sostenerlo con el hocico y devolverlo con la condición de que se les vuelva a lanzar.

A veces, sobre todo los domingos por la mañana, Morelia parece una ciudad tranquila, una ciudad donde todo es paz , partidas de ajedrez y gente feliz que camina por la plaza.

Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia


Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- En el primer domingo del 2020, el clima que era congelante por la mañana se convierte en cálido hacia mediodía, por lo que cientos de morelianos y uno que otro turista se da tiempo para caminar por el Centro Histórico de Morelia y disfrutar de su belleza arquitectónica mientras los ciclistas aprovechan para dar un paseo en gran parte de la Avenida Madero.

En la Plaza de Armas, el kiosco central aún alberga al Nacimiento que en cuanto llegue el 6 de enero habrá de retirarse, pero de momento esas figuras que representan la llegada del hijo de Dios son mudos testigos de sendas partidas de ajedrez que se disputan por dos vías: un tablero con piezas gigantes tomado en su mayoría por niños y adolecentes, mientras que a unos pasos se coloca una mesa con un par de tableros de tamaño convencional en el que los más adultos se retan para ver quién sale avante en el llamado deporte-ciencia.

Coordinado por el Ayuntamiento de Morelia, estos juegos de ajedrez suelen contar con instructores que enseñan los movimientos básicos a quienes no tienen mucha idea de la estrategia para sortear reyes, reinas, torres, alfiles, caballos y peones. Cada domingo arriban a las 11 de la mañana y se retiran por ahí de las 5 de la tarde, cuando la luz natural comienza a caer.

Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia

Sin embargo, en este primer domingo del año no hay instructor alguno, solo los jóvenes voluntarios que vigilan que todo se lleve en orden, lo cual es muy sencillo dado que los jugadores llegan a lo suyo: aplicar el jaque mate a los rivales que acaban de conocer.

Alrededor de las partidas todo es muy colorido: una pareja mira los juegos mientras sostienen una caja con tremenda rosca de Reyes en el interior, un pequeño porta la máscara del Hombre Araña y sus padres se toman selfies frente al nacimiento, pero cuando quieren salir los tres, le piden a un policía que dispare desde el celular, a lo que el uniformado accede de manera amable.

Al tiempo que el ajedrez gigante es jugado por dos adolescentes, un hombre mayor duerme a pierna suelta sobre una de las bancas de la Plaza de Armas; nadie lo molesta, ni siquiera el policía que está más preocupado por dar rondines por el sitio.

Las estrategias de los jugadores también son observadas por una mujer de la tercera edad que sostiene unos “futbolitos”, ese juego fabricado con madera que no pasará nunca de moda, por más que se generen los más realistas videojuegos como el FIFA 2019.

Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia

Para Pablo, uno de los muchachos que se entretuvo por más de media hora moviendo piezas y que a final de cuentas perdió, el ajedrez representa un buen pasatiempo que además le exige pensar, esforzarse más allá de lo cotidiano: “Todavía no soy experto, pero ya le entiendo bien y seguiré jugando, tal vez para que en el futuro me meta a competencias nacionales”, nos dice antes de seguir caminando y mientras su padre lo anima con un “bien jugado, hijo”.

Las partidas continuarán a lo largo de la tarde para beneplácito no sólo de los jugadores, sino de los paseantes que por si fuera poco encuentran a un perro callejero bastante juguetón, de esos que sí van por cualquier objeto que se les lance para sostenerlo con el hocico y devolverlo con la condición de que se les vuelva a lanzar.

A veces, sobre todo los domingos por la mañana, Morelia parece una ciudad tranquila, una ciudad donde todo es paz , partidas de ajedrez y gente feliz que camina por la plaza.

Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia


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