Morelia, Michoacán.-(OEM-Infomex).- En México existen 675 casos de personas que, según estudios sobre genética humana, pueden comprobar su intersexualidad, esto, al presentar en su gran mayoría una ambigüedad sexual en lo físico como en lo interno, es decir a nivel de las células y los cromosomas.
De dicho universo de mexicanos intersexuales ya documentados, el 62 por ciento (421) corresponden a mujeres; el 34 por ciento (227) a hombres con estas características; y cuatro puntos porcentuales, es decir 27 personas, a las que no se les determinó un sexo en particular.
El grueso de la edad de personas intersexuales detectadas es de los cero a los cinco años con un 51 por ciento; un 19 por ciento en adolescentes de los 12 a los 17; mientras que el resto refiere a personas de mayor de edad, conociéndose casos de edades superiores a los 45 años.
En entrevista para El Sol de Morelia, Karla Nathalie Gaytán Nares, responsable del área de Citogenética de Laboratorios Mendel, explicó que dicho estudio, presentado oficialmente en noviembre del 2019 ante la American Society of Human Genetics, data de 12 a 15 años y se enfocó en los diversos diagnósticos probables de anormalidades sobre la diferenciación sexual.
Laboratorios Mendel es uno de los dos únicos centros en Michoacán especializados en el diagnóstico genético en las disciplinas de citogenética clásica, citogenética molecular, biología molecular, citometría de flujo y laboratorio clínico; en 2004 fue la primera empresa de su tipo establecida en la entidad.
De ahí que al presentarse con el paso de los años diversos casos de posible intersexualidad es que abocaron la investigación y análisis a esas anormalidades cromosómicas o también establecidas como alteraciones en el sexo de las personas.
Gaytán Nares explicó que este estudio o análisis, ya disponible para su aplicación, consiste en la realización de cultivo a través de la sangre, mediante el cual se multiplican los leucocitos y se dividen las células, lográndose visualizar así los cromosomas y de ahí que mediante fotografías pueda analizarse y detectarse cualquier error genético.
¿Por qué ocurren las alteraciones?
La especialista, certificada por la Asociación Mexicana de Genética Humana, precisó que luego de la fecundación ocurre la determinación sexual, es decir, cuando en el intercambio de cromosomas entre “papá y mamá” asignan el género cromosómico al embrión; posteriormente se forma la gónada masculina o femenina, y después se desarrollan ovarios o testículos, cual sea el caso.
A partir de ahí que comience la diferenciación sexual, donde se involucran hormonas y las características fenotípicas (físicas) masculinas o femeninas. Sin embargo, señaló que existen amplias posibilidades de que durante el periodo de generación del embrión o incluso desde que se desarrollan la gónada, genitales o las hormonas, se presenten errores en el sexo del hombre o la mujer.
Errores genéticos que incluso pueden llegar a ser indetectables, pero a su vez de riesgo para la persona: “si no se toma una acción inmediata no se pueden dejar la gónadas internamente porque les puede determinar en cáncer, o neoplasia. Tiene que haber extirpación”, advirtió la especialista.
Clasificación de los casos de personas intersexuales
Asimismo y tras un recorrido por las instalaciones de los laboratorios desde donde se realizan estos estudios, detalló que a partir de las 675 personas intersexuales que están confirmadas genéticamente, un 48.9 por ciento presentan el Síndrome de Turner, un 13.9 por ciento presunto hermafroditismo o resultado indeterminado, y el resto con Síndrome con el de Klinefelter.
El Síndrome de Turner es un trastorno genético que afecta el desarrollo de las niñas, ante un cromosoma X ausente o incompleto; mientras que el de Klinefelter se presenta cuando un niño varón nace con un cromosoma X extra. Precisando que si bien el hermafroditismo es un término de nomenclatura ya no tan utilizado, aún está incluido dentro de la clasificación de errores genéticos sexuales por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Detalló también que del total de casos, un 39 por ciento fueron detectados por citogenética clásica, es decir mediante una metodología más básica; pero el resto mediante un proceso más profunda (de Fish), el cual requiere ser solicitado por el médico. Teniendo en el caso del primero un costo de entre cuatro a seis mil pesos, y este último de ocho mil pesos.
Sociedad mexicana, no preparada para la intersexualidad
Aunque dichos estudios representan un avance importante en la genética humana, en lo social todavía puede resultar un tabú, ante la falta de información y preparación para aceptar la intersexualidad como una realidad visible en nuestra sociedad.
Lo anterior, aun cuando pareciera que, independientemente de la orientación sexual, somos normales, genéticamente se puede demostrar lo contrario, y de ahí que devenga en un problema de salud pública ante la falta de médicos y especialistas en diversas áreas como urología infantil, endocrinología e incluso psicología para tratar a los pacientes.
Aunado también a contar con instituciones públicas de salud eficientes para estrechar lazos interinstitucionales para que tales estudios, pese a los costos o esfuerzos, puedan ofrecerse como un servicio de salud más para la población.
De ahí que José Luis Pérez Bibriesca, director comercial de Laboratorios Mendel, insistiera en que si bien como centro especializado sólo estén quedando en esa parte que, si bien es importante, no va más allá de que las personas intersexuales reciban la atención y seguimiento debido para aminorar el impacto social, psicológico y familiar.
Queda la incertidumbre de saber qué siente o tiene el paciente, por ello buscamos sensibilizar e informar respecto de casos probados y las metodologías utilizadas para beneficio social
Reflexión que también secundó la especialista en genética humana:
No estamos preparados de cómo recibir estos resultados, si cabe el derecho de tener un género masculino o femenino ¿Por qué uno indeterminado no? Que conozca todo lo que le pasa, es algo muy complejo, se les hace la asignación de género físicamente, sin conocer internamente