Morelia, Mich (OEM/ Infomex).- Aproximadamente siete mil familias en Michoacán, a la semana, reciben despensa del Banco de Alimentos del estado, el cual es apoyado por la iniciativa privada, la Central de Abastos, entre otros sectores. Sin embargo, ninguna de estas estructuras conoce la cantidad de comida que se desperdicia en la entidad, pues aseguran que es imposible medirlo ante la variedad existente de productos perecederos y procesados.
El desperdicio se clasifica de diversas formas, como lo que se pierde en campo es muy variable, puede ser mucho, ya que depende de la estacionalidad. Si se toma en cuenta lo que se siembra, se llega a perder el 40 por ciento, explica el director del banco, Enrique Rodríguez.
Por ejemplo, si un producto se desperdició en campo porque se agusanó, ese no se puede recuperar, pero si solo fue afectado por la lluvia y se manchó, aún es comestible.
Después de trasladar las cosechas a puntos de venta, como las centrales de abastos, ahí se da otra etapa que clasifican como "excedente". Esta se dona a casas hogares, comedores comunitarios o llega a las familias a través del Banco. Aun así, no existe un registro del monto total de los desechos, dice Ricardo Guzmán Torres, presidente de la Asociación de la Central de Abastos.
"Cuando el producto está en condiciones todavía, que no hay venta, pero está en una maduración; ese entra en el excedente y se dona. Lo otro, cuando se pudre y no hay nada que rescatar, se va directo a la basura", explica.
Tampoco cuentan con un proceso de composta, por lo que no hay mayor uso para los alimentos que cumplieron con su ciclo de vida antes de ser vendidos.
En los restaurantes se presenta otra fase, pues aunque compran lo justo para los platillos y anteriormente se consumía todo lo que ofrecían, con la pandemia la dinámica cambió. Además lo que toca el comensal debe desecharse, luego de sugerir que se lo lleve.
Mi Lola Cocina de la Abuela es un establecimiento con siete años en Morelia, donde sus encargados aseguran que se deshacen de lo mínimo, pues solo el 0.5% se va a la basura.
Previo a la pandemia, Mi Lola comenzó a distribuir alimento al Comedor Comunitario Emaús, Hospital Infantil y Civil, pero tras el brote por el Covid-19, la entrega se realiza en sus instalaciones de Camelinas y Altozano.
Lo cocinado son donaciones de sus clientes y el dueño del restaurante, lo cual generaba unos 45 litros de comida al día, no obstante, en los últimos meses han sido pocas las familias que acuden por alimento, compartió Nancy Herrejón, una de las gerentes.
Banco de Alimentos de Michoacán
En el país hay 55 bancos de alimentos que tienen la meta de acabar con la pobreza, el hambre o la desnutrición, pero la misión del Banco de Alimentos de Michoacán es utilizar la comida para desarrollar a las personas con sus programas.
Uno de ellos es la autosuficiencia familiar, consiste en la producción para autoconsumo; apoyo psicológico, tema de valores y el empoderamiento de la mujer; conjuntamente a nutrición y salud. Para el cuarto año se enfocan en la economía social solidaria, en el que se revisa la vocación de los miembros de las comunidades con la intención de incubar proyectos en el Tecnológico de Morelia y el de Monterrey, campus Morelia.
El organismo abarca zonas vulnerables de Zitácuaro, Uruapan, Jungapeo, Zamora, Tzitzio, Cuitzeo y Morelia. En esta última se cubre a las colonias concentradas por el Estadio Morelos, Ciudad Jardín, Flores Magón y Presa de Los Reyes, consideradas como las más desfavorecidas en términos de pobreza urbana.
De igual manera se acude a las tenencias con los paquetes de víveres, mismos que son elaboradas dependiendo lo patrocinado por las empresas y las frutas o verduras de la temporada, por lo que hay ciclos difíciles.
"Noviembre, diciembre, enero y febrero; esos cuatro meses no hay producción en campo. Entonces nos cuesta mucho trabajo entregar íntegramente las despensas, van un poco más chicas, comparado con las de mayo a junio", detalla Rodríguez.
En Michoacán se ignora el porcentaje de alimentos desaprovechados, pero según la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura, por sus siglas en inglés), en México se tiran 20 millones de toneladas de comida por año. Mientras que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica que en el 2019 se desperdicio 931 millones de toneladas en el mundo.
Con el Día Mundial de la Alimentación se espera que la población haga conciencia sobre el destino de su comida y una nutrición más sana y equilibrada para todos.