MORELIA, Michoacán.-(OEM-Infomex).- En Michoacán no existe una célula delincuencial hegemónica, están atomizadas, afirmó el fiscal general del estado, Adrián López Solís, al excusar que, a pesar de ello, como ente procurador de justicia han enfrentado al crimen organizado a través de las detención de delincuentes como resultado de las investigaciones, órdenes de aprehensión e incluso en flagrancia de algún delito relacionado.
Al ser cuestionado respecto a si la ola de asesinatos registrados en Michoacán obedece a ejecuciones por el crimen organizado o es utilizada por externos como una “cortina de humo” para cometer los ilícitos, respondió que como Fiscalía no se puede confirmar ninguna denominación de grupo delincuencial para no legitimar un propósito propagandístico con fines criminales, aunado a que sus integrantes “luego cambian de bando y se llaman de una forma y otra”.
Postura que dijo no trata de ignorar un fenómeno, pues reconoció que en investigaciones, análisis y aplicación de técnicas de inteligencia, según los casos, han encontrado conductas que puedan tener dentro de las distintas líneas de investigación una conexión con células delincuenciales o analogías que permitan conocer sobre la existencia de varias células delincuenciales, que tienen el propósito no sólo de defender territorios, también de producir, distribuir, comercializar y consumir la droga.
Actividad que, afirmó, tiene movimientos asociados donde se diversifican las tareas criminales, apuntando que ello ha permitido establecer regiones foco rojo en la entidad y, a su vez, ubicar objetivos delincuenciales “y que luego parece creer que son unos, pero son muchos”, sin embargo, “hoy no se tiene un control hegemónico, tenemos fuerzas delincuenciales moviéndose en los territorios con propósitos criminales y eso los hace tener algo en común, pero con intereses distintos”.
Lo anterior, dijo, con base a las investigaciones de cada caso, mismos que refieren a confrontaciones por el control de mercado, territorios y poblaciones, lo cual, ha llevado a graves resultados como los homicidios dolosos y el crecimiento en las adicciones a los estupefacientes, pues los mismos consumidores son quienes se convierten en integrantes de tales agrupaciones y cada vez más lo hacen a edades tempranas.