Se encuentra en el segundo patio del Museo Regional Michoacano, es obra de los estadounidenses Philip Guston y Reuben Kadish por encargo de José Clemente Orozco entre los años de 1934 y 1935, auspiciado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Este es un mural como ningún otro en el estado, debido a su temática claramente marcada por elementos socialistas y antiracistas. Esto se debe, como lo explica la descripción del mural en el museo, al contexto en el que se pintó, con el ascenso del comunismo, el fascismo y nazismo en Europa, así como racismo radical de Estados Unidos.
Esta influencia se evidencia notablemente en su fuerte composición dividida en dos de forma vertical, donde por un lado tenemos las figuras de encapuchados del kukuxklán y por otro tenemos figuras de personas desnudas y atadas.
El mural, cargado de simbolismos que criticaban fuertemente al catolicismo, fue censurado por grupos de esta índole religiosa durante tres décadas, siendo descubierto bajo una capa de yeso alrededor de los años 70. Ahora es posible tener acceso libre a ella para poder apreciar una de las obras más enigmáticas y controvertidas del estado, pintada por dos de los artistas más influyentes del siglo XX en Estados Unidos y México.