Morelia, Mich (OEM-Infomex).- Pese a que Michoacán cuenta con un alto potencial de recursos naturales para producir energías renovables, como es la solar, la hidráulica que se genera por el movimiento del agua y la que proviene del uso de la leña, hasta el momento no se le ha apostado a la investigación y desarrollo de las mismas.
Entrevistados por el Sol de Morelia, los doctores del Posgrado de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Norberto García y Fernando Ornelas, así como el doctor y profesor de tiempo completo de la licenciatura en Ciencias Ambientales de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad Morelia, Carlos García, coincidieron en que la situación de la entidad en este rubro es similar a lo que ocurre de manera general en el país, es decir, insipiente.
Norberto García explicó que, más allá de las plantas hidroeléctricas y el área geotérmica como los Azufres, se ha explorado poco las posibilidades que se tienen en Michoacán, dado que no existen las inversiones necesarias para emprender investigaciones profundas en zonas como la Costa Michoacana e incluso la región de Tierra Caliente.
“Se ha olvidado la parte del mar, que es un recurso muy importante. En el Posgrado de Ingeniería Eléctrica hicimos una tesis de Maestría donde desarrollábamos unos generadores especiales que se ubican anclados en el agua, esto con la finalidad de explotar un tipo de energía que se llama undimotriz, que es la captura a través del movimiento de las olas para la generación de electricidad, posteriormente se adecuan a través de sistemas de control y se inyectan a unas redes para su aprovechamiento”.
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Asimismo, el académico detalló que, de acuerdo con estudios realizados, Michoacán no cuenta con el recurso del viento suficiente para tener una producción en grandes cantidades de energía eólica, pero en cambio, expuso que en la región de Tierra Caliente se podrían instalar sin problemas grandes parques fotovoltaicos para la producción de electricidad a través de la luz solar.
“Considero que el estado está dejando pasar una oportunidad de generar industria en este rubro, pues está muy bien que produzcamos aguacates y limones, pero por qué no pensar en que podemos también entrar al mercado de las baterías de litio, convertidores de electrónica, motores eléctricos y panales fotovoltaicos. Yo me pregunto qué tan difícil será convencer a una empresa que venga a instalarse a Michoacán, es algo que generaría empleos para los egresados de la universidad y se podría dar una interacción entre la academia y la industria”.
Si bien el desarrollo de energías renovables implica destinar fuertes cantidades de dinero, Norberto García subrayó que el desarrollo del conocimiento y la tecnología posiciona a los países en los niveles más altos, pues argumentó que lo más sencillo siempre será comprar los productos, pero una consecuencia de ello es que se genera una dependencia hacia las compañías extranjeras.
De acuerdo con el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional de la Secretaría de Energía, hasta el año 2020 China encabezaba el listado de países con mayor participación en la producción mundial de energía renovable con un 49.3 por ciento, seguido de Estados Unidos con 34.9 por ciento, y tras ellos se encuentran la India, Alemania, Japón, Brasil y España.
“México está muy por debajo en este rubro y más allá de sentidos políticos e ideológicos, hay mucho que aprenderle a China, pues hace 50 años tenían un desarrollo similar a nosotros en cuanto a ciencia y tecnología, pero lo que hicieron de manera distinta fue el ir con las grandes naciones que tenían el conocimiento para adquirirlo”.
Un ejemplo de lo anterior, abundó, es el tren de levitación magnética que presentaron en el marco de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, el cual fue producto del conocimiento que compraron en una primera instancia a los alemanes, “ahora si un país quiere un tren de este tipo, no tiene de otra que adquirirlo en China o Alemania”.
Respecto a las estadísticas nacionales, el doctor Fernando Ornelas compartió que no existe un estado que lleve la delantera, ya que no existen proyectos que emprendan los gobiernos para convertirse en pioneros, sino que se tratan de empresas que buscan lugares donde depositar su inversión.
En este sentido, el documento emitido por la Secretaría de Energía refiere que el año pasado la Ciudad de México fue la entidad que mayor cantidad de vehículos eléctricos concentró con un total de 11 mil 070 unidades, lo que representa el 23.5 por ciento, seguido del Estado de México con el 13.4 por ciento y Nuevo León con el 10.1 por ciento.
La leña, una energía alternativa poco conocida
Para el doctor Carlos García, un error común es creer que las energías renovables son solamente aquellas que se usan para la generación de energía eléctrica, pero se deja de lado que en Michoacán se utiliza la leña como una fuente alternativa; sin embargo, expuso que su uso sigue siendo rudimentario, poco eficiente y produciendo daños ambientales.
El académico de Ciencias Ambientales compartió que a través de un estudio que realizaron desde la ENES en la comunidad de San Francisco Pichátaro, perteneciente al municipio de Tingambato, identificaron que aproximadamente el 85 por ciento de la energía que consume la población de ese lugar proviene de la leña, mientras que el 10 por ciento del combustible de la gasolina y solamente el 5 por ciento de la electricidad.
Dicho panorama, especificó, se replica en por lo menos diez comunidades más de la Meseta Purépecha, esto por la riqueza de bosques con las que cuentan, aunque el uso de este recurso natural, aclaró, es para los fogones que se utilizan en las áreas rurales, la cohesión de alimentos y el calentamiento de espacios.
“Con la expansión de las huertas de aguacate, hay ciertos riesgos sobre el abastecimiento de la leña para cubrir sus necesidades, son focos rojos que no se han estudiado a profundidad todavía. Si la comunidad de San Francisco Pichátaro tuviera problemas con su bosque por la deforestación, se estaría afectando al principal recurso con el que cuentan”.
Como parte de una convocatoria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Carlos García explicó que actualmente están trabajando en dicha comunidad para desarrollar una metodología en la que, junto a los pobladores, entiendan cuáles son las necesidades energéticas que se tienen.
A partir de ahí, señaló que la idea es aplicar y monitorear una especie de prueba piloto con tecnologías que hacen uso de las fuentes renovables, pero que también a futuro pueda derivar en la construcción de sistemas energéticos rurales sustentables, que sean ambientalmente amigables y que conlleven beneficios sociales y económicos.
“La idea es que sean las comunidades quienes controlen y gestionen este sistema, para ello, una vez que estén instaladas las tecnologías, se van a hacer capacitaciones técnicas y la gente de San Francisco Pichátaro será la encargada de darles el mantenimiento correcto”.
¿Por qué cuesta apostarle a las energías renovables?
Dentro de los motivos por los que en el país no se han desarrollado las energías renovables, Fernando Ornelas refirió que sin duda sigue pesando la dependencia a los combustibles fósiles, específicamente el petróleo y el gas natural.
Pero aunado a esto, Carlos García recordó que por mucho tiempo se tuvo el estigma de que las energías renovables eran costosas y poco confiables, además de que no existía un compromiso y voluntad política al cien por ciento.
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“Sería injusto decir que en el sexenio actual no existe interés y voluntad, pero hay dos visiones en el tema: por un lado, está el desarrollo de energías renovables a través de las grandes empresas que vienen, hacen proyectos, venden su electricidad y obtienen ganancias interesantes; la otra parte, tiene el mismo objetivo pero con formas distintas, con una distribución en plazas, estacionamientos y otros sitios. Este gobierno lo que ha hecho es detener los grandes proyectos y apoyar más la cuestión distribuida, aunque sin mucho entusiasmo”.
Más allá de los motivos, Norberto García aseveró que el desarrollo de las energías renovables en el país y por ende Michoacán, debió haber comenzado hace por lo menos 20 años. Cuando se observan deterioros ambientales, ríos contaminados, el aire opaco y afectaciones a la salud, indicó que son consecuencias que obedecen a la poca responsabilidad ambiental que se ha tenido, aunque a esta altura donde se ha puesto sobre la mesa la problemática del cambio climático, añadió que todavía se está a tiempo de reivindicar el camino.