Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La actividad de forrar libros y libretas para las diversas materias que se ofrecen en las instituciones educativas continúa con el paso del tiempo, aunque ahora la enseñanza vive un acelerado proceso de digitalización.
Pese a que han disminuido este tipo de trabajos para las personas que se encargan de forrar los útiles escolares, lo cierto es que aún algunas escuelas solicitan a los estudiantes que forren sus cuadernos y sus libros con la intención de cuidarlos y que tengan más tiempo de vida.
Por ello en El Sol de Morelia nos dimos a la tarea de entrevistar a dos mujeres enfocadas en forrar estos materiales escolares ante el próximo regreso a clases que está prácticamente a la vuelta de la esquina.
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Aunque cada una tiene públicos distintos en los sectores de la ciudad en los que se desenvuelven, tanto María del Pilar Mota como Alejandra Sepúlveda, coincidieron en la drástica caída que ha tenido esta labor con el paso del tiempo.
Con 30 años realizando el forrado de útiles, María del Pilar Mota explicó que este gusto por decorar y cuidar el material escolar comenzó cuando ella era estudiante, y con el paso de los años, tras hacerse cargo de negocio familiar, decidió continuar con esta actividad que por tres décadas ha sido solicitada por distintas familias morelianas.
“Por el tema del medio ambiente, cada vez más las escuelas ya no le piden a su alumnado que forren sus útiles, pese a esto, aquí se sigue forrando. Antes teníamos que hacer este trabajo con unas 60 listas, y en esta temporada sólo hemos tenido 7, cada lista integra aproximadamente hasta 12 libretas y libros”, comentó la entrevistada.
De 1993 a la fecha, dijo, la caída en ventas de forrado escolar ha sido en un 90%, “es que en las listas escolares ya muchas dicen que no es necesario el forrado, con la intención de cuidar el medio ambiente. Aunque a muchas personas sí les gusta cuidar sus libretas o libros”.
En esas tres décadas, afirmó Mota, los costos al igual que el material ha tenido que adecuarse y elevar el monto total.
“En aquel entonces se cobraban tres pesos, y ahora por esa misma libreta se cobra un total de 13 pesos, y el forrado de una libreta queda en un día”.
Aunque todos los colegios piden colores distintos para las materias y que pueden identificarse los libros, lo cierto es que también existe la posibilidad de colocarles otro tipo de papel, “actualmente está de moda Barbie y Mario Bros, este tipo de caricaturas las pueden poner en materias artísticas o para música”.
Este trabajo, comentó, la llena de alegría por el hecho de saber que logra apoyar a las nuevas generaciones para que conserven los artículos donde vierten conocimientos, y de donde también los pueden adquirir.
Pero no todo ha sido positivo, ya que el forrar libros la ha llevado al hospital por estrés y por lastimarse las manos por el trabajo.
“Cuando usaba el diurex para forrar y jalar esto, se me hizo una lesión en la mano, ahora sólo se le coloca pegamento y queda más estético”.
Para las madres de familia que deseen o deban que forrar los útiles escolares de sus hijos y ya no cuenten con tiempo para hacerlo, María del Pilar Mota explicó que aún puede atenderles en la Papelería Madero en un horario de 9:30 a 14:00 horas, y de 16:00 a 20:00 horas.
Por su parte Alejandra Sepúlveda, dueña de la Papelería y Detalles Ale, con 10 años en funcionamiento, explicó que lleva la mitad del tiempo de vida de su negocio, dedicándose al forrado.
“Aún lo siguen pidiendo en las escuelas públicas con la intención de cuidar los libros y libretas, nosotros a los materiales que tienen espiral se lo retiramos para forrar de una mejor manera y no se deshoje”.
Ella decidió dedicarse a esta labor porque, comentó, es una forma de cuidar el material de trabajo de todo el año de las infancias, además de que tiene etiquetas para identificar el material de cada menor.
Sepúlveda difirió con Mota, pues para ella las escuelas sí siguen pidiendo el material forrado, aunque ahora las madres optan por hacerlo ellas mismas en su hogar.
“Pero sí ha disminuido la actividad. En esta época recibía 15 días antes del regreso a clases, un aproximado de 80 listas, y ahorita sólo llevo 10, cada lista está integrada por 9 cuadernos y 12 libros, cada uno tiene un monto aproximado de los 15 a los 20 pesos”.
La micro empresaria afirmó que esta modificación de costos se debe al incremento de los materiales, “los colegios que aún vienen piden su cotización para decidir dónde comprar, por ello nos encontramos en el mercado competitivo”.
Finalmente el forrado, dijeron las entrevistadas, ayuda a cuidar el maltrato de libros y libretas, y evitar un gasto doble en los hogares.
“Si desean contactarnos previo al regreso a clase, nos encontramos en la Avenida José de Michelena #388, Fraccionamiento Orquidea de 9:00 a 21:00 horas de lunes a lunes”, concluyó la entrevistada.
