Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Para los menores que sufren del Trastorno del Espectro Autista (TEA) lo más difícil es que los comprendan, hace falta conciencia por parte de la sociedad, y respeto.
A decir de maestras que atienden a niños con autismo, para que los alumnos puedan desarrollar habilidades que les permitan ser lo más independientes posible para desenvolverse, se necesita que la sociedad sea sensible a la diversidad humana, ya que falta ser conscientes y sensibles de que muchas de sus actitudes es gritar y tienden a golpear, y mucha gente juzga.
En las escuelas regulares no existe inclusión para los niños quienes padecen el TEA ya que ellos, en su mayoría, no pueden convivir con más infantes, requieren de un tratamiento especializado.
Carmen Sánchez Rodríguez, trabajadora social del Centro de Atención Múltiple (CAM) ubicado en Charo, indicó que ellos no soportan el ruido, ni el contacto, por lo que no es tan fácil que puedan acceder a una escuela regular, ya que se les debe de tratar con mucha paciencia.
“Algunos niños no soportan que los toquen, por lo que es muy, muy difícil la inclusión de los niños con TEA en una escuela regular. Hay varios tipos de autismo, ya que hay menores que la música no la aguantan, una persona normal puede escuchar en un porcentaje de 10, ellos lo escuchan hasta en un 70”.
Las maestras de una escuela regular, prosiguió, deben de llevar una planeación y tienen que trabajar con todos los niños al mismo tiempo e igual, y con un autista no podrían, ellos están dispersos, y tienden a moverse.
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“El contacto con niños no les gusta, es muy difícil puedan convivir con otros menores. Aquí en el CAM atendemos a chicos con diferentes discapacidades, los maestros tienen la especialidad para tratar con estos niños y se les da su atención especial, las maestras tienen planeación especial para estos chicos, no hay muchos alumnos para que se les pueda atender mejor”.
Dentro de los CAM cuentan con una psicóloga que ayuda a los niños y se trabaja en talleres con los padres de los menores.
“El niño con autismo a veces hace mucho berrinche, se tira al suelo, y la gente que no sabe su trastorno, critica diciendo que la mamá no sabe educar a su hijo. Hay que ser más tolerantes con los autistas, ellos pelean, gritan, lloran, y hay que ser más inclusivos en ese aspecto”.
Celina Hernández Arrieta, maestra encargada de dar atención a los niños autistas, señaló que el trabajo con estos chicos es muy personalizado ya que este trastorno incluye un conjunto de síntomas o características que varían tanto en su tipo como en su gravedad.
“Su atención hacia ellos debe ser muy personalizada, enfocándonos en lo que tiene que ver con sus habilidades de interacción social como en su comunicación con otras personas. También debemos de tomar muy en cuenta que este tipo de población tienen intereses muy restringidos, suelen enfocarse en un mismo interés como pueden ser los trenes o dinosaurios. Uno de mis alumnos le gusta el ruido repetitivo que hace una sonaja”.
Y también, prosiguió, tienden a conductas con movimientos repetitivos, algunos de los cuales son inofensivos, pero con otros movimientos se llegan a dañar, por lo que este tipo de patrones sí se deben de trabajar para que no lleguen a afectar su integridad.
La maestra señaló que no hay un método o propuesta de trabajo como tal que sea general para aplicarse a toda esta población, ya que aún se sigue investigando este trastorno, por lo que no existe un método determinado para su tratamiento.
“Todos los programas se apoyan con mucho de trabajo con rutinas, el estar en un entorno controlado les ayuda. Muchos de ellos también tienen trastornos sensoriales o son hipersensibles a algunos estímulos, muchos tienden a ser hipersensibles al sonido, si están en un lugar público esos sonidos tienden a lastimarlos, por lo que se hace un trabajo de integración sensorial, para que su funcionamiento en la sociedad sea lo más independiente con sus propias características”.
Dijo que el autismo es un conjunto de varios síntomas que también y hasta el omento hay muchas teorías que dicen por qué nacen los niños con ese trastorno, pero no hay nada como tal que indique la razón, lo que es cierto es que no hay conciencia para tratarlos socialmente.
