Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La historia de Karen Wellen, mujer que en la década de los 90s rescató y se hizo cargo de una gatita discapacitada tras haber resultado con graves quemaduras en un incendio de Nueva York ha inspirado un movimiento de apoyo y ayuda en torno a los llamados michis, quienes este 8 de agosto celebran su día.
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En Morelia, a través de grupos de redes sociales y refugios como La Casa que Maúlla, personas llevan a cabo la labor de buscar hogares cariñosos y responsables para estas mascotas.
Tener un gato en casa significa no sólo procurar su alimento, sino además darle atención veterinaria y médica que incluye vacunación, desparasitación y esterilización, entre otras muchas.
Prohibido buscar “parejas”, no se vende ni se compra ningún animal y no se publican animales mayores de cinco meses sin esterilizar, son algunas de las reglas de los grupos de rescate y adopción animal que hay en Facebook.
Sin embargo, para Rosario Tinoco, que se encarga de rescatar camadas de gatos y conseguirles un hogar, hacen falta filtros en las adopciones que se dan en las redes sociales.
“Es un proceso que se da en menos de una hora, alguien publica que regala gatos, se mandan mensajes, quedan en un punto de entrega y después ya no se da un seguimiento”
Uno de los grupos más grandes cuenta con más de 53 mil miembros y cada día hay publicaciones tanto de gatos como perros en necesidad de un hogar. La mayoría de los rescates y adopciones funcionan de manera independiente, es decir, no hay alguna asociación que respalde o de apoyo.
Aunque también existen asociaciones como La Casa que Maúlla y el refugio que maneja Rosario, Gatitos en Adopción Responsable Morelia, aunque ella prefiere llamarlo hogar temporal, pues los gatos rescatados sólo permanecen hasta los dos meses de edad a su cuidado, edad idónea para que se lleven a cabo las adopciones.
Recalca que es importante que permanezcan con la madre hasta los dos meses de edad y si no es posible, al menos con otros gatos de la misma edad, de lo contrario tienen pocas probabilidades de sobrevivir y en caso de que lo hagan, su comportamiento se verá afectado.
“Hay cosas que los gatos sólo pueden aprender de otros gatos, como la inhibición de la mordida que es cuando los gatos aprenden que tan fuerte pueden morder. El gatito muerde a sus hermanos, y ellos en respuesta chillan, así se dan cuenta que es algo que causa dolor y dejan de hacerlo”.
El proceso que sigue cuando encuentra una camada es ponerlos a salvo y después llevarlos con su veterinario de confianza quien les realiza un chequeo general, los desparasita y aplica un antipulgas especial para su edad.
Asimismo, la recomendación del veterinario es aislarlos de otros gatos 48 a 72 horas, depende del caso, y colocarlos en un espacio pequeño para que puedan acostumbrarse al nuevo espacio.
Lo siguiente es bañarlos, aunque esto sólo se hace por las condiciones en las que vivieron los gatos, no se recomienda bañarlos en otros casos pues no lo necesitan. Finalmente, cuando pasan los días de aislamiento se introducen a un área general donde socializaran con otros gatos.
Su historia inició en Los Ángeles, cuando fue voluntaria en un refugio de animales, ahí era encargada de los gatos de dos a tres meses de edad y se familiarizó con la adopción responsable.
Cuando regresa a Morelia se da cuenta del problema que hay con las adopciones en redes sociales y decide hacer algo al respecto. El proyecto comienza el 18 de Febrero de 2022 y hasta el momento ha encontrado un hogar para 88 gatos.
El proceso de adopción responsable comienza al llenar un formulario que es proporcionado cuando se muestra interés en un gato, es necesario para conocer al adoptante y saber si es apto para tener una mascota, el siguiente paso es una entrevista vía zoom donde se le brinda información y se hace una inspección del domicilio. También se deben entregar documentos de identidad y comprobantes de domicilio.
Si se completan todas las etapas se les notifica que sí son aptos para la adopción y se procede con la entrega en el domicilio, ahí se deberá firmar un contrato que establecen las condiciones en las que debe vivir el gato y los cuidados médicos que deben tener (como la esterilización, esquema de vacunación y desparasitación).
Firmando el contrato se acepta que el rescatista haga visitas periódicas para saber si se cumplen con los acuerdos.
En su opinión los mayores retos a los que se enfrenta son tratar con personas que no están acostumbradas a este proceso, la falta de cultura en la esterilización de animales y decir no, cuando el adoptante que aplica falla en algún filtro “Me toca decirle al adoptante: no te puedo dar un gatito. Claro, las personas se molestan pero mi responsabilidad es decir que no cuando el hogar no es adecuado”.