Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En Tepalcatepec, el párroco de la región, Javier Cortés, desmintió que el templo de la comunidad de El Bejuco haya sido atacado por presuntos miembros del crimen organizado, como se propagó a través de un video que circuló en redes sociales desde el pasado viernes.
Entrevistado por esta casa editorial, el sacerdote aseguró que tras preguntar con su gente cercana se pudo constatar que no hubo ningún ataque en la parroquia, pero sí se observó a un grupo de personas alrededor de ella en situación “sospechosa”. En el video subido a Internet, hombres que se dicen pertenecientes al Cártel Jalisco Nueva Generación muestran supuestas pruebas de un ataque reciente a la pequeña iglesia, de lo cual culpan al Cártel del “Abuelo” Farías.
Por otra parte, el religioso confirmó que son miles los desplazados de pequeñas localidades en el municipio, quienes han buscado refugio en la cabecera, pero también en ciudades como Apatzingán, Uruapan y Morelia. “La vida en Tepalcatepec, en su cabecera, es normal, la gente sale a trabajar, pero en algunas localidades es donde se tiene el problema de los ataques. Aquí en la zona urbana los estamos recibiendo, en la iglesia a mi cargo hay 26 refugiados y en otra han llegado más; nuestra labor es conseguirles comida, ropa, despensas, colchonetas, cobijas y medicina, principalmente”, relata Cortés.
Añade que hay casas desocupadas en el pueblo, mismas que están siendo habilitadas como refugios temporales. “Nosotros tenemos la certeza de que son entre 4 mil y 5 mil los desplazados, aunque en la cabecera habrá por ahí de 3 mil 500”, calcula.
Acepta que hay incertidumbre respecto a lo que vendrá en el corto plazo y sólo espera que las autoridades detengan las constantes incursiones que realiza el CJNG. “No sabemos si hay alguna táctica para detener la violencia, llevamos 15 días de ataques casi diarios y seguramente así va a seguir, pero nuestra labor seguirá siendo la de ayudar a los desplazados”.
Finalmente, Javier Cortés pide a los diferentes órdenes de gobierno implementar una estrategia de seguridad, pues además de la violencia, se comienzan a dar actos de rapiña en aquellas casas y negocios que han quedado abandonados.