Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Derivado de la pandemia por Covid-19, en Michoacán 53 mil 800 alumnos abandonaron sus estudios. De ellos, poco más del 60 por ciento corresponde a menores que estudiaban algunos de los niveles de educación básica, quienes cambiaron los libros y los lápices por las calles y unas monedas.
A inicios del 2020, previo al inicio de la contingencia sanitaria por el virus SARS-Cov-2, el Centro de Atención a Menores y Adolescentes en Riesgo (CAMAR) del DIF Morelia contaba con un registro de poco más de 200 niños y niñas laborando en la calles, el cual se acrecentó hasta reportar la presencia de 290 menores de 12 años y un número sin determinar de adolescentes trabajando en semáforos y cruces peatonales.
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El director de Sistema DIF Morelia, Agustín Páramo Paredes, reconoció que en la capital michoacana se vive un tema complejo en cuanto a la proliferación de menores en tareas relacionadas al trabajo infantil, pero también abusos, maltratos y hasta posibles redes de trata de personas.
Entre las principales actividades que realizan los menores son limpiar parabrisas, vender dulces y hacer malabarismo o alguna destreza física para pedir dinero, lo que lleva a la sospecha de posibles centros donde se recluta a niños y niñas para enseñarles dichas habilidades.
Un poco más de la mitad son niñas, y sus perfiles son muy variables, de los cuales hay quienes viven en situación de pobreza extrema, otros que sufren violencia intrafamiliar o incluso adicciones, pero también hay quienes estudian y trabajan para apoyarse.
La presencia de menores trabajadores en situación de calle se acentúa en los meses de abril, mayo, junio, julio y diciembre, que son periodos en que normalmente hay más gente en la ciudad por la afluencia turística de los periodos vacacionales. Durante 2020 se ubicaron 133 niños que no eran originarios de Morelia.
En primer lugar, son niñas, niños y adolescentes que llegaron de Chiapas; otros más vinieron de entidades aledañas como el Estado de México, mientras que otro grupo provienen de países extranjeros que llegan a la entidad por medio de la caravanas migrantes, entre ellos algunos de Honduras y Haití.
Ante la incidencia de apariciones en las calles en sitios como el Acueducto de Morelia, los bajos puentes, la salida a Quiroga y Mil Cumbres, así como las plazas públicas, el DIF Municipal trabaja en un programa de identificación y puesta a disposición de menores que sean utilizados en actividades laborales.
Páramo Paredes explicó que lo se pretende es crear un protocolo mediante el cual se realicen recorridos diarios a las vialidades donde se ha reportado su presencia: de ahí, sería levantar encuestas con los menores para conocer sus condiciones de vida y el porqué se encuentran en las calles e identificar a posibles tutores.
En el caso de que se compruebe que subsisten en condiciones de maltrato, abuso o explotación serán trasladados a la Fiscalía General del Estado (FGE), quien a su vez los vincula con el DIF Michoacán para su resguardo y atención, mientras que de encontrar que sus padres o un tercero lucra con ellos o les brinda un trato no digno, ellos podrían ser vinculados a proceso.
Cabe señalar que entre los meses de enero a marzo del presente año, el DIF Morelia recibió alrededor de 400 denuncias por la presencia de menores de edad en situaciones laborales, pero también por ser víctimas de abusos y maltratos al interior de sus hogares, tema en el cual también se trabaja desde el ámbito municipal.
No obstante, el tema se complica al intentar dialogar con padres en resguardo de aquellos que presuntamente son víctimas de abuso, pues ante las denuncias recibidas en la Comisaría de Seguridad Ciudadana, son pocos los familiares que permiten el acceso a su domicilio para revisar las condiciones de los infantes.
En días pasados, elementos de seguridad municipal rescataron del interior de una vivienda en la Tenencia Morelos a dos varones menores de edad quienes estaban encadenados a una toma de agua, sin comida y en malas condiciones. Los vecinos de la zona habían denunciado de manera reiterada las situaciones de abuso que sufrían, sin que la autoridad pudiera corroborar las acusaciones.
A decir del titular de la Comisaría, Alejandro González Cussi, en Morelia se vive un serio problema en cuanto a la atención de este grupo. Situaciones de violencia y abuso son temas que pasan de lado de la vista de la ciudadanía, mientras que cientos de niños sufren los estragos de una vida en las calles.