Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Era un reto mayor pasar de ser diario a semanario. Entrañaba desafíos de todo tipo, uno de los cuales tenía que ver con toda la forma tradicional de entender el periodismo. Ya no se iba a perseguir la noticia diaria para entregársela al lector. Por el contrario, se debía apostar al periodismo reposado, que no se agota en un solo día y permite paladearlo con lentitud en los días de la semana.
Un cambio de este calibre sólo podía darse si se tenía bien metida la idea que no se trataba de cambiar por cambiar sino que esto obedecía a una coyuntura especial. Se entendía que ahora los lectores han modificado su manera de consumir noticias y, por ello, se decidió fortalecer la página web para cubrir esa asignatura y dejar los temas de gran calado para el semanario.
Y como no se quería improvisar sino hacer algo que mantuviera la calidad del periodismo diario, se desarrollaron diversas reuniones en la parte editorial con el objetivo de que todos aportaran. No se hablaba de ruptura sino de continuidad. Además, ahora tendríamos la ventaja de que podríamos trabajar con mayor cuidado los textos y hacer mejores presentaciones.
Del diario de todos los días al semanario, esa era la apuesta de El Sol de Morelia, y se afrontó con todo el entusiasmo y el vigor que se requería para una empresa de esa envergadura.
Se decidió que habría un lazo de unión entre los temas duros y los temas suaves, con la idea de abarcar todo el espectro noticioso de la realidad michoacana: La inseguridad pero también las tradiciones, la migración pero también el folclor. Bajo esta óptica, optamos por redimensionar nuestro periodismo y abarcar todo lo que consideramos fuera de interés para el lector michoacano.
Es decir, se trataba de repensar la ecología, la educación, la cultura, el deporte, la economía, el tiempo libre.
En nuestro primer número ya se perfilaba los temas que serían de nuestro interés. La contaminación de la presa de Cointzio, fue nuestro tema de portada. Allí contamos cómo desde 2008 se detectaron agroquímicos, productos industriales y toxinas de riesgo que provocaron la muerte de peces y la salud humana.
Un tema del que hoy todo los medios e incluso el gobierno estatal en sus mañaneras habla es de la canasta familiar, de la que fuimos pioneros a la hora de establecer en cuánto afecta a los trabajadores el aumento en el precio de los productos básicos.
Nuestra portada también reflejó nuestra preocupación por el tema de la violencia, de la discriminación hacia la comunidad LGTBT y las especies en riesgo de extinción, además de los temas de cultura popular.
Todo lo anterior venía aderezado con los grandes reportajes que se han publicado en la Organización Editorial Mexicana (OEM), muchos de los cuales han tenido un lugar especial en nuestras páginas.
En ese primer número ya estaban todos los temas sobre los que hemos seguido hablando. Lo que acontece en las colonias, la situación de los menores, la preocupación de las amas de casa, los feminicidios, la salud, han tenido espacio en nuestras páginas. Hemos incorporado nuevos segmentos, en los que capturamos la identidad de nuestros edificios históricos o le damos espacio a personajes de relevancia.
Hoy, nuestro semanario de El Sol de Morelia ha demostrado que se puede hacer un gran periodismo cuando se tienen las ideas claras y se pone como centro principal los intereses de los lectores.