De cantera rosa, el séptimo arte

La ciudad comenzó a albergar expectativas y se califica como trascendental la aparición de los cuatro hermanos Alva, morelianos ellos y que se convirtieron en directores, productores y documentalistas

Víctor Ruíz

  · sábado 19 de octubre de 2019

Foto: Mariana Luna

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- En agosto del año de 1898 la inesperada revolución de los hermanos Lumiere también alcanzó a la ciudad de Morelia, aunque Auguste y Louis creían que su invento del cinematógrafo no trascendería y que mucho menos se consolidaría, los cálculos fallaron. El Teatro Ocampo se convirtió en el primer recinto de la capital en exhibir una película, o “vistas”, como se les denominaba en aquellos tiempos.

A raíz de aquel hecho, cuenta el documentalista Javier Morett para El Sol de Morelia, que la ciudad comenzó a albergar expectativas y con ello funciones por distintas partes. En este punto, califica como trascendental la aparición de los cuatro hermanos Alva, morelianos ellos y que se convirtieron en directores, productores y documentalistas de la primera época de la cinematografía del llamado cine mudo.

Sobre sus trabajos, relata que registraron aspectos de la vida cotidiana que les rodeaban como las fiestas populares, corridas de toros y paisajes residenciales. Pero su labor no terminó ahí. En el año de 1906 construyeron lo que fue el Teatro Salón Morelos, el cual estaba instalado curiosamente entre la plaza Melchor Ocampo y Catedral.

Se supone que era un sitio provisional, estaba hecho de madera y fue el primer espacio donde se le priorizó como un lugar dedicado al cine; sin embargo, en 1915 Gertrudis Sánchez, conocido por su carácter revolucionario, mandó tirar el teatro argumentando que no se podía ocupar un espacio que era público

Más allá de la decepción por la pérdida del Teatro Salón Morelos, describe Javier Morett que esto desató una ola de cines independientes por la ciudad, al grado de que las funciones o “vistas” se convirtieron en el principal espectáculo público, desplazando a otras atracciones como el teatro y la corrida de toros.

En un segundo momento, abunda, se dio paso a la fundación de cines más amplios y populares, como es el caso del Colonial, que se ubicaba donde actualmente se lleva a cabo la remodelación del Teatro Matamoros.

Foto: Mariana Luna

La mayoría de los cines se concentraban en el centro de la ciudad, lo que facilitaba el acceso para los morelianos, quienes principalmente presenciaban películas mexicanas, que en aquel entonces ya comenzaban a vivir su época de oro.

Javier Morett precisa que resulta complicado enlistar el número de cines por la gran cantidad de espacios que surgieron, pero refiere que hay casos simbólicos como el Rex que se ubicaba cerca de la Casa Natal de Morelos y que actualmente funge como estacionamiento, o el ejemplo del cine Morelos que se encontraba en la calle Cuautla y que ahora ofrece aparatos domésticos.

Foto: Mariana Luna

Otro cine que fue popular por su ubicación es el Eréndira, justo a un costado del Congreso del Estado; dicho edificio se mantiene vigente, pero ahora alberga una tienda de ropa. También se hicieron adaptaciones en los barrios, como el Salón París y el Salón Cine, que no eran otra cosa que patios con bancas al centro y un telón de fondo donde se proyectaban las películas.

Foto: Mariana Luna

Se instalaron cines que estaban destinados a los morelianos de más bajos recursos, como fue el caso del Cine del Río que se situaba en la calle Abasolo. Inclusive, también se contó con un cine más enfocado al sector infantil que llevaba el nombre de Cinelandia y se estableció en alguna de las habitaciones del Hotel de la Soledad.

La mayoría de estos cines solamente exhibían dos películas y contaban con cuatro funciones al día, a excepción del domingo, que era cuando se ofrecía matiné. Pero fue en los 50´s y 60´s cuando los cines comenzaron a decaer con la llegada de la televisión y un monopolio que encabezó un empresario estadounidense

Luego el gobierno compró los cines y formó la compañía Operadora de Teatros, pero a finales de los 80´s se los vendieron a lo que después fue una empresa televisora, quienes convirtieron los cines en estacionamientos, mueblerías, tiendas de ropa… los extinguieron”.

Con los años, refiere el documentalista, apareció el concepto de multicinemas, es decir, tener varias salas de distintos tamaños y en un solo complejo. Puntualiza que era lo que se conocía como los cinemas gemelos y que la Organización Ramírez supo adaptar en Morelia.

Pero para Javier Morett, no solamente se modificó el concepto de mirar las películas, sino que también cambiaron los hábitos y el asistir a una función se convirtió en algo más elitista, “antes el precio para ingresar formaba parte de la canasta básica y ahora a duras penas y se paga una entrada con el salario mínimo, se cambió al sector y en este momento va dirigido más a la clase media-alta”.

En este sentido, dice que se hace necesario retomar dos conceptos que se perdieron en Morelia: los cines de barrio y los cines de pueblo. Y es que en ellos, agrega, se vislumbra una posibilidad para entrelazar al llamado tejido social.

DATOS

En el año de 1906 construyeron lo que fue el Teatro Salón Morelos, el cual estaba instalado curiosamente entre la plaza Melchor Ocampo y Catedral

Con los años apareció el concepto de multicinemas, es decir, tener varias salas de distintos tamaños y en un solo complejo