Morelia, Michocán, (OEM-Infomex) .- En los últimos dos años Lupita, Homero y Raúl, michoacanos defensores y activistas de la tierra y la biodiversidad en el estado, detuvieron su lucha por el medio ambiente tras perder la vida.
Titulares como "En México te matan por defender la naturaleza" fue el 31 de enero de este año periódicos internacionales para conocer la noticia de la muerte del activista Homero Gómez González, líder ejidal en la biosfera de la Mariposa Monarca en Michoacán y una referencia del tema de la mayor migración del lepidóptero en la entidad.
Luego, informe su desaparición el 13 de enero, dos semanas después de la Fiscalía General del Estado (FGE) dio a conocer la localización del cuerpo del activista en una olla de agua para uso agrícola en metros pequeños de donde se encuentra la búsqueda de su paradero la versión oficial especificada que la muerte fue producida por asfixia mecánica por sumersión en persona con traumatismo craneoencefálico.
Sin embargo, en declaraciones a medios internacionales familiares del activista apuntaron que no creían en la versión oficial: “Según la necropsia trae un golpe en la cabeza; no nos explicamos cómo pudo suceder ”, dijo su hijo también de nombre Homero Gómez.
La biosfera de la Mariposa Monarca en Michoacán aún estaba de luto cuando solo dos días después de conocer la muerte de Homero fue localizado sin vida el cuerpo del guía Raúl Hernández Romero de 44 años de edad en el municipio de Ocampo.
La versión oficial, en este caso, indica que el también activista presentaba golpes contusos en diferentes partes del cuerpo y una herida en la cabeza, ocasionada con un objeto cortante.
Por otra parte, la activista indígena, Guadalupe Campanur Tapia, formó parte de la creación de la ronda comunitaria en 2011 en Cherán creada con la intención de combatir la tala forestal e ilegal que talamontes y el crimen organizado provocaron en la región.
De acuerdo a la autoridad procuradora de justicia del estado no se había presentado denuncia de la desaparición de la protectora del bosque.
Pero el 16 de enero del 2018, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) dio a conocer la localización del cuerpo del activista cheranse de 32 años de edad, de quien se dijo, fue asesinada por asfixia y localizada en un predio conocido como Irapio a 105 kilómetros de Morelia.
De acuerdo al informe realizado por la organización no gubernamental Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) en 2019, del 01 de enero de 2012 al 31 de diciembre de 2018 se identificaron 460 casos de ataques a personas defensoras de los derechos de la tierra, el territorio y el medio ambiente en el país; donde 2015 con 107 ataques y 2016 con 85, fueron los años con mayores agresiones documentadas.
La organización posiciona el estado de Michoacán en el lugar número 13 con 10 ataques, luego el estado de Colima con 13 casos y Jalisco 15 casos de ataques de 2012 a 2818.
En 2012 se registraron 24 ataques contra ambientalistas, 64 en 2013, 78 en 2014, en 2015 107 ataques, mientras que en 2016, 2017, 2018 y 2019 ocurrieron 85, 53, 49 y 39 agresiones, respectivamente, en todo el territorio mexicano.
Según los datos de la organización Cemda, del total de agresiones registradas entre 2012 y 2018 se identificaron 175 amenazas (es decir, el 38 por ciento), 84 agresiones físicas (18 por ciento), 82 casos de criminalización (17.8 por ciento), 70 de intimidación (15.20 por ciento), 68 casos de homicidios (13 por ciento) contra ambientalistas mexicanos.
En el 29 por ciento del total de casos, detalla el informe, las agresiones ocurrieron en proyectos de energía, relacionados con plantas hidroeléctricas (66 casos) y eólicas (53 casos).
Las entidades federativas donde existe el mayor número de ataques son Oaxaca con 79 agresiones, Sonora con 49 y Estado de México con 48 casos. Por el contrario, los estados de menor intimidación ambientalistas, según el documento, son Nuevo León y Tlaxcala con un caso registrado cada uno.
Del total de casos de ataque en el país, durante el 2019 el 20.5 por ciento está relacionado con el sector de energía eléctrica, el 17.9 por ciento es indeterminado, el 15 por ciento del sector forestal, el 12.8 con las vías de comunicación, el sector agropecuario, minería e hidrocarburos el 7.7 por ciento, desarrollo urbano el 2.6 por ciento y finalmente el industrial con 2.6 por ciento.