Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Largas filas, que no lo son tanto cuando en casa su hermana falleció hace cinco meses, son las que se topó Laura al llegar antes de las 8:30 de la mañana a la sede de vacunación contra el Covid-19 que le había tocado.
Lo único que tenía en mente, mientras esperaba en la fila afuera del Centro Deportivo Ejército de La Revolución (mejor conocido como el Venus), era aminorar los riesgos por la pandemia.
Aunque su hermana falleció de un infarto al corazón, y aparentemente no tenía nada que ver con el nuevo virus, Laura y su familia quedaron en shock por la repentina muerte de la joven que tenía 29 años.
Mientras todo se alista para que avance la fila, Laura relata que ni el caos para estacionarse, ni el hecho de tener que formarse o lo que implica el trámite, la hubieran detenido, pues el temor a un contagio “del que no la cuente” es mayor.
Aunque también tenía miedo, por las reacciones que se han escuchado en algunas personas, para la maestra de educación artística en una universidad privada al sur de Morelia, “vivimos en una nueva normalidad y hay que adaptarse”, lo que incluye la aplicación de la nueva vacuna.
La hoja de confirmación de cita (con el QR), así como el formato de aplicación de la vacuna y el INE, son los únicos dos documentos que se revisan, sin embargo, la petición es llevar el último talón de pago.
Manuel, a diferencia de Laura, no tiene miedo al virus “pero más vale”. Luego de pasar el primer filtro donde toma gel sanitizante y en el que se pide el formato de cita, Manuel fue cuestionado por un médico sobre las condiciones de salud en las que se encontraba: ¿Le ha dado Covid en el último mes? ¿Está enfermo de algo actualmente? ¿Toma algún medicamento?
Aunque no es maestro, por su trabajo como administrativo en una escuela ubicada en la salida a Mil Cumbres, Manuel tuvo acceso a la vacuna; se dijo sorprendido por la buena organización, en la sede del deportivo en menos de 30 minutos ya estaba sentado en la silla donde esperaba recibir su primera y única dosis de Cansino.
“Está bien ambientado todo”, dijo sonriendo, mientras se escuchaba la canción “¿Qué te pasa?” de Yuri. Un repertorio musical que iba desde Timbiriche hasta Luis Miguel, resonaba en la cancha de basquetbol.
Brigadistas de apoyo por parte del equipo Ponys bailaban entre las filas, mientras el orador compartía las indicaciones para llenar los formatos, así como los cuidados que debía tener la gente tras la vacuna: no alcohol los próximos 5 días, no hacer actividades que impliquen mucho esfuerzo durante las siguientes 24 horas y no excederse en el consumo de café o refresco.
De una a dos horas es el tiempo promedio que dura la gente en la sede para la vacunación, compartió Juan Carlos Campos, brigadista de apoyo, quien consideró que la agilidad en las filas se debe a la rápida aplicación del inmunológico.
“Van a salir los que estén más calladitos”, decía el orador, quien acompañaba su discurso con frases “motivacionales” para los maestros, pero lo más repetido fue: “sigan cuidándose”.