Morelia, Michoacán-(OEM Infomex). -“La policía no me cuida, me cuidan mis amigas”, “El feminismo nunca ha matado, el machismo sí”, “No somos una, cuéntanos bien”, fueron algunas de las consignas que gritaron un grupo aproximado de 100 feministas que se dieron cita en el Centro Histórico de Morelia para honrar la memoria de las víctimas de violencia de género en la ciudad.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la mujer, cuyo origen se les atribuyó a las protestas a favor del derecho de la mujer ante la violencia de género, luego de encontrar una necesidad de honrar la memoria de las hermanas Mirabal, las feministas de Morelia salieron a marchar.

Partieron desde la fuente de las Tarascas, donde se ordenaron en cinco filas; al frente se ubicaron los familiares de Guadalupe y Jessica G., muertas por la violencia de género; le siguieron las feministas jóvenes que entusiastas gritaban por sus derechos.

Dos patrullas escoltaron la manifestación y las acompañó un visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, quienes hizo grabaciones y tomo fotografías de la movilización hecha por la avenida Madero.

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Después de una cuadra, las manifestantes con mascadas y ropa taparon las lentes de los camarógrafos y reporteros de los medios de comunicación que realizaban transmisiones en vivo del suceso, debido a que comenzaron a pegar papeles y pintar paredes de los edificios históricos de Morelia.

La avenida principal cambio de nombre, con calcomanías en las placas donde se encuentran las identificaciones de las calles, se renombro la avenida Madero como la avenida de Las Mujeres Rebeldes; también, 20 calles que cruzan la arteria recibieron el mote de cada una de las mujeres muertas: Jessica González, Xitlali Ballesteros, Guadalupe, Helida Yuritzbi, Abril Violeta, Gabriela y otras más fueron recordadas.

Otras mujeres que pasaron por la avenida externaron su descontento porque pintaron las calles, sin embargo, no fue suficiente para parar con las expresiones de protesta que dañaron parte del patrimonio cultural de Morelia.

Afuera del Templo de las Monjas, un grupo de 20 personas hicieron una cadena humana para protestar a favor de la vida de los niños no nacidos, por eso, con plegarias y rezos contuvieron las pintas en el templo.

Las feministas respondieron con gritos a favor del aborto y del respeto su libertad de decisión sobre sus cuerpos; mientras, hicieron una pausa en su marcha y se pusieron a danzar para apagar los rezos que de los católicos se escuchaba.

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En Palacio de Gobierno, fueron colocados cruces al ras del suelo que simulaban un panteón de mujeres víctimas de violencia y una manta grande que se extendió sobre la avenida en sus dos sentidos en honor a las mujeres en general.

Fue colocado un templete con sonido, donde habló Cristo hermano de Jessica González, quien pidió un aplauso a todas las mujeres que no se quedan calladas y las hermanas que ahora forman una familia de lucha para erradicar la violencia en Michoacán.

Activistas de colectivos como Matrioska se pronunciaron en contra del feminicidio, el cual es un asesinato por el simple hecho de ser mujer y que se diferencia de un homicidio por los signos de violencia, mutilaciones, violaciones sexuales; amenazas previas; que la víctima haya sido incomunicada y el cuerpo expuesto en un lugar público, explicaron en discurso las activistas, dijeron.

Sin dar nombre, la vocera del colectivo Matrioska informó que 12 feminicidio ocurren en Latinoamérica, de los cuales 10 son en México, donde cada cuatro horas ocurre en promedio la muerte de una niña, adolescente o mujer.

“Actualmente en Michoacán suman dos mil 90 mujeres que han sido asesinadas en el 2020, bajo en este contexto se reporta que 19 de cada 100 mujeres a golpes; 24 de cada 100 son asesinadas con armas de fuego; 13 de cada 100 son ahorcadas; 10 de cada 100 son atacadas con armas punzocortantes; 31 de 100 son necesidades de otra manera”, indicó.

Cabe destacar que a la par, en la Plaza de la Paz, familiares de víctimas fueron testigos de la debelación de la placa donde fueron impresos los nombres de las mujeres muertas, siendo este cuadro un recordatorio de la violencia que existe de género en la ciudad y de la tarea para erradicarla.