Morelia, Michoacán. (OEM- Infomex). – En el marco del Día Internacional de la Paz, a celebrarse el 21 de septiembre, la arquidiócesis de Morelia convocó a participar el próximo domingo 26 de septiembre en una Jornada de Oración por la paz. Esta se llevará a cabo en las misas de todas las iglesias de la entidad, con el objetivo de buscar el camino de la construcción de la paz.
Morelia, Uruapan, Zamora y Jacona se encuentran entre los 50 municipios más violentos de México, indicó en rueda de prensa este sábado el Obispo auxiliar de Morelia, Juan Espinosa Jiménez, a nombre de las diócesis afectadas.
El clérigo destacó que en Tierra Caliente, especialmente las poblaciones de Aguililla, Coalcomán y Tepalcatepec, sufren la dominación y las disputas territoriales de grupos armados. Además señaló que la violencia familiar se ha incrementado durante la pandemia de Covid-19. “Las violencias estructurales económicas y las desigualdades han afectado a los más pobres”, sentenció.
El obispo auxiliar expresó, preocupación por el sufrimiento y dolor de los habitantes, "nuestra solidaridad real, oración permanente y voz profética. Reiteramos nuestra voluntad de ponernos al servicio de la reconciliación, ofreciendo no solo reflexión, sino disposición a caminar con los católicos y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad”.
Espinoza Jiménez mencionó que se crearán Centros de Escucha y Centros contra las adicciones, trabajando en las zonas de Aguililla y Coalcomán con liturgias por la paz, mediaciones y acciones sociales.
El obispo auxiliar exhortó a todos los michoacanos, así como a los distintos niveles de gobierno y a los organismos de la sociedad civil comprometidos con la construcción de la paz, a tomar en cuenta las siguientes consideraciones:
1. Incluir en la gramática para la construcción de la paz la palabra distensión; es necesario el encuentro y el diálogo de todos los actores, pero no es posible en medio de tensiones. Distender el conflicto es generar posibilidades de diálogo, espacio de tolerancia para encausar el conflicto armado por medio de diálogo y no militarización o intervención como varios actores lo solicitan.
2. La construcción de corredores de paz para libre tránsito. Asegurar que las poblaciones puedan acceder a movilidad para salud, educación, trabajo etc. Atención a la población desplazada con apoyos de víveres y otros materiales, en colaboración con todas las instancias posibles. Desde nuestras parroquias estamos dispuestos a apoyar.
4. Facilitar la salida de gente que está en medio del conflicto.
5. Impulsar una estrategia de generación de condiciones mínimas de seguridad para activar las economías locales.
Asimismo, la iglesia católica solicitó a las nuevas autoridades municipales que estén cerca de sus ciudadanos como constructores de fraternidad, a las nuevas autoridades estatales a que en cuanto tomen posesión diseñen estrategias de seguridad humana que realmente tengan efectos positivos en el corto y en el mediano plazo; a las autoridades federales les exhortamos a reforzar tanto sus esfuerzos por el tejido social como por la seguridad.
A quienes practican la violencia “les pedimos que abandonen los medios violentos para lograr sus metas. Nunca será justificable la muerte, ni los ataques a inocentes", concluyó.