Morelia, Michoacán. - Los capirotes apuntan al cielo y son iluminados por las velas y cirios de quienes acompañen simbólicamente a María en el dolor por la muerte de Jesús en el recorrido por la Avenida Madero, donde más de dos mil participantes nutren en esta tradición Moreliana nacida apenas el siglo pasado.
El sol caía poco a poco y la oscuridad daba realce a la gran columna de las 19 cofradías que al ritmo del toque fúnebre del tambor avanzaron lento sobre la antigua Calle Real, vestidos de negro, como hurecitas y con los famosos capirotes y túnicas a ritmo de la trompeta, tambor y las matracas avanzaron lentamente.
Desde las 17:00 horas, los participantes se reunieron en la Calzada Fray Antonio de San Miguel para preparar sus atuendos y ordenar la participación de las cofradías y con los espectadores que se esperaba rebasaran los 20 mil asistentes.
También se puede ver en todo el recorrido de la procesión la vendimia de algodones, hielitos, vasolotes hasta coronas de juguete, entre otros productos.
Una de las cofradías es la que resguarda y se encarga de sonar la Matraca Monumental instalada en la catedral, la más grande del país, otra que llamó la atención es la de las guarecitas y los penitentes encadenados de los tobillos.
Pasadas las 20:00 horas el arzobispo de Morelia dio el pésame a la virgen María como parte del ritual que vive tras la procesión del Silencio y que continúa hacia el Templo de Capuchinas.
Acompañaban la marcha fúnebre, 14 imágenes religiosas que datan de finales del Siglo XVI hasta a principios del XX, como el ya representativo Cristo de pasta de caña, que es la figura más antigua participando en la procesión; el Cristo de la Columna, Cristo Negro que se venera en el Templo de la Merced; el Niño Nazareno que lo acompaña la Cofradía de Cerro del Punhuato y la imagen central es la Virgen de Dolores que se venera en el Templo de Capuchinas, todos imágenes sagradas en templos morelianos.