Morelia, Michoacán.- Acuden por un milagro, a agradecer y rezar. El templo de San Judas Tadeo en Colinas del Sur en Morelia luce de fiesta; celebran al santo que atrae a la comunidad que vive cerca o lejos de ahí.
Es medio día del 28 de octubre, y la gente llega de a poco para escuchar la misa. La historia dice que se eligió este día pues fue cuando lo asesinaron junto con Simón.
Una señora entra al comedor con una niña en brazos. Atrás su familia. Llevan un tanque de oxígeno y una pañalera. Discretamente atienden a la pequeña. Luego salen y se dirigen al templo para escuchar la misa.
Afuera, el tráfico incomoda a más de uno. La mayoría de la gente llega en transporte público. Traen consigo flores e imágenes. Las figuras se ofertan en 200, 400 pesos y las veladoras en 50.
Adentro los visitantes llevan túnicas representativas, visten de verde. Hay dos altares y puestos para una pequeña kermés. Se persignan. Se toman fotos. Hay rostros tranquilos y otros más con angustia.
Se forman para recibir la bendición. Niños, niñas, adultos, gente mayor. Acercan sus imágenes y figuras. Llevan fruta y otros insumos. En el atrio se escucha la banda, la música. Un homenaje al santo.
De repente el sonido y bullicio se apacigua, pero la fiesta es todo el día, en la noche se espera la pirotecnia, los juegos mecánicos, porque el aniversario apenas comienza. Es un vaivén de gente. Entran y salen. Buscan a San Judas Tadeo. Solo ellos saben, para qué.