Morelia, Mich.- Detectar los síntomas de cáncer en los niños y adolescentes de manera temprana aumenta en un 80% la eficacia del diagnóstico y tratamiento, por ello la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM) realiza la campaña “Septiembre, mes dorado para la concientización sobre el cáncer infantil”, con el fin de que los padres de familia logren prevenir y cuidar la salud de sus hijos, mediante la revisión clínica periódica.
En Michoacán, la Leucemia es el cáncer infantil más frecuente, con un 50 por ciento, y los síntomas más comunes son palidez, debilidad y desgano, fiebre de larga evolución (más de dos semanas), sangrados, moretones sin razón, manchitas rojas en piel, mucosas y dolor de huesos que no se quita con analgésicos con un periodo de aparición corto (semanas).
La detección de pacientes susceptibles al cáncer se realiza en los 364 Centros de Salud a todo menor de 18 años que acude a consulta y los principales tipos de cáncer en edad pediátrica son leucemia, linfoma y tumores en el sistema nervioso central, por ello el estado fue se posicionó como pionero en el establecimiento de un banco de medicamentos oncológicos para la atención de estos pacientes, posible gracias a la SSM, con lo que aumentó la sobrevida global en un 65% en dichos casos.
Asimismo, esta dependencia de Salud brinda a los pacientes menores de 18 años medicamentos necesarios durante su tratamiento de manera gratuita, así como estudios de gabinete, quimioterapias y hospitalización y no existe plazo fijo para el tiempo de tratamiento, ya que éste depende del tipo específico de cáncer del que se trate y la respuesta del paciente, aunque puede durar entre dos y tres años para que pase a vigilancia, esta etapa dura varios años.
Actualmente en el Hospital General Infantil Eva Sámano de López Mateos se tienen registrados 860 niños y jóvenes con cáncer, 150 se encuentran en tratamiento, 226 en vigilancia y 484 pacientes curados, con más de cinco años de vigilancia de manera permanente y al año ingresan alrededor de 90 usuarios nuevos. Existen algunos factores ambientales que pueden condicionar o aumentar el riesgo de cáncer, como el uso de pesticidas, la radiación, el uso de diversos fármacos y la herencia genética, en algunos casos.