Morelia, Michoacán (OEM- Infomex).- En tan sólo una semana el precio del kilogramo de pollo se incrementó 15 pesos siendo éste el golpe más fuerte a la economía familiar de los últimos días.
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El precio del producto pasó de 65 pesos a 80 sin aviso previo y sin que se hayan informado las causas.
“Si nos ha bajado la venta”, aceptaron comerciantes del producto en el Mercado Independencia, quienes señalan que las personas al conocer el aumento en lugar de llevar un kilo, compran solo 500 gramos o se van en busca de otras alternativas para la comida.
Otro producto que subió de precio esta semana es el huevo, el cual pasó de 46 a 48 pesos mientras que el azúcar pasó de 20 a 29 pesos.
En tanto, la tortilla, el jitomate, aceite, bolillo y el aguacate mantuvieron sus números sin modificaciones.
En contraparte, el frijol y el limón bajaron pasando de 34 a 25 en el caso del frijol y de 18 a 14 en el caso del cítrico.
Intermediarios, causantes de inflación en la tortilla
La inflación en la industria de la masa y la tortilla ha sido ocasionada principalmente por intermediarios locales que acaparan el maíz y encarecen su precio, lo cual obliga a que se busquen otras alternativas en entidades como Sinaloa, que junto con Nayarit son las que abastecen a la mayor parte de México.
Así lo establece en entrevista el líder del gremio en la entidad, Roberto Sánchez Contreras, quien acepta que la escalada de precios ha disminuido el consumo de tortilla en el estado, pues actualmente alcanza los 20 pesos en locales de colonias populares en Morelia.
No es algo nuevo, pues este producto de la canasta básica se disparó desde 2017, cuando costaba 13 pesos por kilo, un incremento de 65 por ciento en un lapso de sólo cinco años.
En la capital michoacana el precio es el más bajo y se va incrementando de acuerdo a la lejanía de los municipios en cuanto campos productores, de tal forma que en zonas como Lázaro Cárdenas el precio al público alcanza hasta los 27 pesos.
“Los efectos son simples, la gente baja su consumo con el precio más alto: si antes una familia compraba un kilo ahora va por medio, por diez pesos y listo, porque el resto de alimentos también son muy caros, no solo en el caso de la tortilla”, lamenta el empresario.
En la cadena de producción, la mayoría de tortilleros locales compra el maíz en Sinaloa, a lo que hay que agregar el costo del flete, también encarecido por el alza en diésel y gasolina. Hoy en día la tonelada de maíz se compra en 9 mil pesos, mientras que hace un año oscilaba en los seis mil 500, incremento que debe adherirse a otros insumos como el gas, que subió 100 por ciento en solo 12 meses.
Incluso, la maquinaria y refacciones para una tortillería también forman parte de la vorágine inflacionaria. Como ejemplo, Roberto Sánchez dice que un valero le costaba 350 pesos hace un año y 900 en este momento, y ya ni hablar de instalar una nave completa.
Sin programas de apoyo
El presidente de la Unión de Industriales de la Masa y la Tortilla lamenta que ni el gobierno federal ni el estatal cuenten con programas económicos que ayuden a sortear esta crisis.
“Tenemos un panorama de mucha especulación, con intermediarios acaparando todo el mercado, hay hilos de intermediarios que acaparan el maíz en tiempos de cosecha, lo guardan, lo encarecen y después lo sacan con precios altísimos”.
En términos de tamaño empresarial, los tortilleros individuales no cuentan con la infraestructura para resguardar el maíz por tanto tiempo, mucho menos los recursos para comprar altos volúmenes de toneladas. “A un campesino le compran la tonelada en tres mil 500 pesos en la cosecha, y a nosotros nos la quieren vender en siete mil”, lamenta.
Tan solo en Morelia hay mil 200 tortillerías, atendidas por un promedio de cinco personas; es decir, que hay unas seis mil familias que dependen de esta industria esencial para la dieta del mexicano.
Sánchez afirma que cada establecimiento debe vender en promedio 400 kilos al día para llegar al punto de equilibrio, pero ante la crisis son varios los que ya optaron por cerrar sus puertas.