Morelia, Michoacán (OEM Infomex).- El Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales (INIRENA) en Michoacán, trabaja en un proyecto financiado por el Conacyt-Conafor sobre tres especies de árboles del género picea que está en peligro de extinción, con el objetivo de encontrar diferencias genéticas entre poblaciones y saber qué posibilidad tienen de sobrevivir al cambio climático.
En el Instituto se construyó una casa de sombra que alberga 430 piceas en crecimiento. En entrevista con el doctor, Cuauhtémoc Sáenz Romero, indicó que las tres especies que existen en México son la chihuahuana, martinesi y mexicana, árboles de altitud situados en lugares fríos y húmedos.
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La picea chihuahuana tiene 40 poblaciones cerca de la frontera de Chihuahua y Durango; la martinesi seis y está ubicada en Nuevo León a menor altitud; la mexicana tiene tres, dos distribuidas en Nuevo León con el límite de Tamaulipas y otra en el cerro Mohinora.
Estas especies son supervivientes de poblaciones que quedaron atrapadas en zonas elevadas de la sierra madre oriental y occidental cuando terminó la glaciación de Wisconsin.
El INIRENA cuenta con ocho procedencias: tres de mexicana, cuatro de martinesi y una de chihuahuana con la finalidad de hacerlas crecer en condiciones idénticas y analizar las diferencias que expresan, las cuales en promedio serán genéticas.
Sáenz Romero indicó que pretenden buscar si existen diferencias porque al haberlas quiere decir que las poblaciones se adaptaron a un ambiente similar al sitio donde crecen, por ende, se pretende estimar qué tan fuerte es la asociación entre el clima de origen respecto a la altitud y crecimiento.
Las mediciones preliminares arrojan que las poblaciones como la mexicana (de sitios fríos) crecen menos, pero son más resistentes a las heladas y, por lo contrario, las de baja altitud, como la martinesi se desarrollan más, pero no resisten el hielo.
Esto es importante para salvarlas de la extinción, se requiere colectar la semilla desde el sitio donde se ubican, producir plantas en vivero y sembrar a mayor altitud sin que las mate la helada. El investigador explicó que la plantación en México es factible a la picea martinesi.
En México no hay un ensayo previo de procedencias en piceas, pero es importante porque para el 2060 ya no tendrán un hábitat en el país, y aunque no estarán muertas, sí estresadas, lo que provocará que los árboles sufran plagas y enfermedades.
El proyecto se realiza con el doctor Christian Wehenkel de la Universidad Juárez del estado de Durango, la Universidad Agraria Antonio Narro, la Universidad Autónoma de Chapingo, el Colegio Postgraduados y la Universidad Laval de Québec, además trabaja un estudiante y dos egresadas de la facultad de biología de la UMSNH.