Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- No pasaron ni cinco cuadras cuando David Hernández ya no pudo seguir pedaleando su bicitaxi. Justo a las afueras de Palacio de Gobierno, lo interceptaron inspectores de la Comisión Coordinadora del Transporte (Cocotra) y a los pocos minutos, arribaron también elementos de la Policía Michoacán y un servicio particular de grúa.
El objetivo era decomisarle su vehículo no motorizado bajo el argumento de que estaba infringiendo el reglamento de la Ley de Comunicaciones y Transportes del Estado Michoacán, que en su artículo 42 establece que los bicitaxis en zonas de interés turístico o recreativo de ciudades, sólo podrán operar con una previa autorización emitida por Cocotra.
Ante la sorpresa, David intentó convencerlos de que no cobraba una tarifa en específico y que solamente recibía cooperaciones voluntarias. Se intercambiaron argumentos legales y como si se tratara de una película, apareció un abogado de nombre Carlos Escobedo, quien voluntariamente se ofreció a respaldar al ciudadano en el proceso.
El inspector Carlos Reyes Plancarte expuso que no había manera de que todo quedara en una amonestación verbal, ya que al no contar con un permiso de Cocotra, se hacía obligatorio consignar el vehículo y aplicar la respectiva sanción administrativa.
Después de varios minutos de alegatos, accedió a entregar su bicitaxi. A decir de su abogado, promoverán un amparo para que pueda recuperar su vehículo sin tener que pagar multas de por medio y el servicio de grúa.
Estilista de profesión, David Hernández se vio obligado a cerrar su negocio y cambiar de giro radicalmente por la contingencia sanitaria de Covid-19. Usando la creatividad, el ingenio y sus conocimientos de soldadura, construyó su bicitaxi, una manera para sobrevivir la contingencia.
Por cinco, 10 ó 15 pesos, recorre colonias y mercados de la ciudad para trasladar a personas a escasas distancias. Se trata de un vehículo no motorizado y que desde un inicio, advierte que no tiene la intención de competir con el gremio de los taxistas ni cualquier otro.
“Es una alternativa que yo busqué para sacar el sustento y cumplir con todos los compromisos económicos que se tienen. Los bicitaxis ya funcionan en ciudades grandes como México, Bogotá y San Francisco, entonces se me ocurrió implementarlo en Morelia”.
Entre los mercados Independencia y Juárez, David sale todos los días a ofrecer su servicio. Relata que las familias acuden a hacer sus despensas en estos sitios y muchas veces son pocas cuadras las que tienen que recorrer como para pagar un servicio de taxi. Es cuando él interviene.
“Casi siempre llevo a gente de la tercera edad o que se les dificulta caminar por las bolsas que van cargando. La distancia más amplia que he recorrido es del mercado del Auditorio hasta atrás de Ciudad Universitaria, pero generalmente son rutas más cortas en las que trabajo”.
Explica que en un buen día llega a obtener 200 pesos, pero la cifra varía, pues argumenta que su bicitaxi todavía no es tan conocido. En este sentido, hace un llamado a las autoridades para que le permitan regularizarse y estar dentro de la normatividad.
Los taxis me han mirado con malos ojos y llegan a creer que esto es una competencia, pero para nada, no se trata de eso. Yo lo que más quiero es que esto no se salga de control y evitar situaciones de violencia, porque es algo que ya vimos con los Uber
En todo caso, señala que su servicio podría encajar más en el rubro turístico, puesto que considera que una buena apuesta sería que recorrer la avenida Madero para que las personas puedan apreciar los edificios y plazas que se ubican en esta zona de la ciudad.
David Hernández apenas había pensado en algún nombre para su improvisada empresa: “Bicitaxis Monarca”. Mientras consideraba el slogan, a la par se encontraba construyendo otra unidad que iba a ser conducida por un vecino de la colonia. Tras la aparición de Cocotra, ahora todo está en duda. No sabe si recuperará su vehículo ni mucho menos si podrá continuar con el proyecto.
El viaje pudo haber llegado a su fin.