Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).– Lugares para el estudio, la investigación y la lectura silente, las bibliotecas públicas son cada vez menos visitadas debido al uso de las tecnologías digitales y la consecuente transformación de los hábitos de lectura.
En entrevista con El Sol de Morelia, Guillermo Ortiz Paniagua, historiador y librero de ocasión, señaló que las problemáticas que atañen a estos sitios en Morelia, son diversas y dependen de las instituciones encargadas de administrar los acervos bibliográficos. Por ejemplo, la biblioteca Francisco J. Mújica, al depender de la SEE, se cierra cuando hay huelgas sindicales y vacaciones escolares y las bibliotecas pertenecientes al INAH, suelen ser más consultadas por investigadores que por estudiantes de nivel medio.
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“Siempre te impresiona entrar a una biblioteca, ver de qué títulos está conformado su acervo, y si no estás habituado a guardar silencio y trabajar así, eso de alguna forma te disuade", dijo en referencia a la Biblioteca central de la Universidad Michoacana, que a pesar de contar con incunables y libros en latín, es visitada por preparatorianos para hacer tareas y hacer uso del servicio de internet.
En relación a colecciones y acervos, explicó que el Archivo del Poder Ejecutivo ha sufrido varias mudanzas, en las que "se han perdido varias cosas", contrario al Archivo del Ayuntamiento de Morelia, dijo, "que tiene desde hace años un espacio propio y es accesible al público".
"Parece no haber una motivación para seguirlas manteniendo en activo, si los maestros no promueven el hábito de la lectura entre los alumnos y les enseñan el valor de la investigación de la mano de las tecnologías digitales", dijo al señalar que en esta era de transición surgirán "nuevos autodidactas" entre las generaciones de nativos digitales.