Morelia, Mich.- (OEM INFOMEX).- De acuerdo con el Registro Nacional de Censida, de 1983 al primer trimestre de 2019 los casos notificados de VIH y de SIDA en hombres que se encuentran vivos con esta situación es de cinco mil 361; mientras que el de mujeres arroja una cantidad de mil 155.
“El número de afectados por el virus del VIH en Michoacán sigue en aumento, especialmente en la población de amas de casa y jóvenes varones”, de acuerdo con Juan Bosco Valle Delgado, presidente de la asociación civil Convihve.
En entrevista para El Sol de Morelia señaló que “no podría establecer una cifra, pero por ejemplo, la semana pasada seis mujeres que son madres de familia estuvieron en Morelia, porque entre otras razones venían por su medicamento retroviral”.
Valle Delgado mencionó las jornadas constantes de aplicación de pruebas para dicho padecimiento, en donde aseguró están surgiendo nuevos casos de jóvenes menores de entre 17 y 19 años.
Abundó al decir que también han visto la reincidencia de pacientes con 10 o 20 años de tratamiento, el cual por diversas circunstancias habían dejado, entre otras, dijo, por falta de recursos económicos para venir cada mes por sus medicamentos al Sector Salud.
Han tenido recaídas, en varios casos graves, y en dos de consecuencias fatales. Eso también es preocupante porque se dan estos casos en las nuevas generaciones de afectados, tanto como en los que tienen ya más de 10 años
Al abundar en cuanto a los casos de defunciones ocurridos, comentó que se debió al abandono del tratamiento, pero no por cuenta propia sino ante el desabasto de los medicamentos por medio de la Secretaría de Salud.
Es de recordar que a su vez esta circunstancia tuvo su origen en los recortes que se han venido implementando por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
“Anteriormente a esta crisis de desabasto, el medicamento se les podía dar hasta por tres o cuatro meses, entonces, los pacientes del interior del estado únicamente venían tres veces al año. Ahora tiene que venir cada mes con sus acompañantes. Es un gasto muy fuerte el que tienen que hacer".
El panorama así, pinta difícil e incluso dramático, según lo relatado por el activista ya que muchos pacientes y sus familiares dejan de acudir al tratamiento, ya que “o comen o vienen por la medicina”.