Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Pese a que Michoacán cuenta con un patrimonio arqueológico de más de 5 mil sitios, la entidad no cuenta con especialistas suficientes para realizar exploraciones y estudios a profundidad en cada uno de estos lugares, pues de estos, sólo seis están abiertos al público.
En entrevista con El Sol de Morelia, la arqueóloga perteneciente al Centro Michoacán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Eugenia Fernández Villanueva, reveló que en el organismo en el estado sólo cuenta con cuatro arqueólogos, por lo que se ven rebasados ante la riqueza cultural e histórica que se registra en la entidad.
No es falta de interés, pero el personal del instituto es limitado, entonces a los cuatro que estamos nos toca atender hallazgos fortuitos y proyectos de investigación, eso obliga a que mucho trabajo se haga con arqueólogos de contrato. Todo esto se debe supongo a la falta de presupuesto, no hay plazas desde hace muchos años y los recortes en el sector cultural golpean muy fuerte al organismo
Recordó que actualmente en Michoacán se tienen seis zonas arqueológicas abiertas al público: Tzintzuntzan, Ihuatzio, Tres Cerritos, Huandacero, Tingambato y San Felipe los Alzati, además de una exhibición en el Museo de Artes e Industria Populares de Pátzcuaro.
Abundó que se tienen expectativas de que en el futuro se abra un espacio más de nombre Zaragoza y que se ubica en el municipio de La Piedad, pero aclaró que todavía las gestiones no están del todo resueltas, por lo que no es posible definir una fecha tentativa de apertura.
Por otra parte, explicó que mucha de la riqueza arqueológica que se conoce en Michoacán es gracias a los proyectos de área que se han realizado a través del tiempo; es decir, por los recorridos que se han desarrollado, los inventarios que se han nutrido, los análisis de fotografía aérea y satelital, obras de infraestructura y la inspección de a pie.
Respecto a los costos que implica realizar una exploración en algún sitio, Eugenia Fernández apuntó que no es sencillo echar adelante un proyecto de estudio, pues aunque con los avances tecnológicos se ha reducido la inversión económica y de tiempo, enfatizó que mucha parte del trabajo se hace a mano.
Los recorridos de superficie implican temporadas largas de trabajo de campo y eso evidentemente requiere de gastos como el combustible para poder trasladarte al área que se está explorando
Evaluarán daño en Cerro del Otero
Luego de que el INAH ordenara la suspensión inmediata de las obras que pretendían cambiar el uso de suelo en el sitio arqueológico del Cerro del Otero de Jiquilpan de Juárez la especialista informó que buscarán a la brevedad realizar una inspección en la zona para verificar los daños que se ocasionaron producto de la quema de 55 hectáreas, espacio apropiado por el regidor del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Rodrigo Mendoza Betancourt.
Refirió que están atendiendo las disposiciones por el distanciamiento social de Covid-19, pero en cuanto se tengan las condiciones necesarias, afirmó que asistirán al sitio para hacer la evaluación correspondiente, ya que argumentó que se trata de un área protegida por decreto del ex presidente Lázaro Cárdenas del Río.
“Este lugar fue explorado por única vez en los años 40´s por el arqueólogo Eduardo Noguera, quien se encontró con plataformas, tumbas, muros y una serie de acontecimientos muy valiosos; desde entonces se decretó como área protegida, aunque no he encontrado si fue en el rubro natural o cultural”.
Fernández Villanueva añadió que para realizar una intervención en una zona protegida como el Cerro del Otero, los interesados deben solicitar previamente una autorización con el INAH, quienes a su vez, son los encargados de evaluar y asegurarse que no se dañe el patrimonio arqueológico.
Paracaidistas invadieron la zona arqueológica
El Cerro del Otero se ubica en los límites de los municipios de Sahuayo y Jiquilpan y desde 2018 ha sido saqueado por los propios habitantes quienes encuentran vestigios en el lugar y simplemente se los llevan a sus hogares, reveló el director de Cultura de Jiquilpan, Iván Fonseca Magallón.
En entrevista con El Sol de Morelia, el funcionario municipal reveló que el lugar está considerado como “pecuario”, es decir, para consumo del ganado y cualquier obra o cambio de uso de suelo está prohibida por el INAH, ya que existe la presunción de “zona arqueológica”.
Sin embargo, paracaidistas se han apropiado del lugar para la siembra de maíz y agave.
El caso más controversial es el del regidor perredista, Rodrigo Mendoza Betancourt, quien administra 55 hectáreas heredadas por su finado padre, Claudio Mendoza, pero donde la usufructuaria es Madalena Elena Betancuourt, madre de éste y quien durante un mes quemó flora y fauna en el lugar para arrendar la tierra a una tequilera que plantaría agave.
“La heredera es mi mamá y mi mamá es la usufructuaria de eso y ella puede disponer de ello como a ella le plazca”, reveló el 28 de marzo pasado en sesión de cabildo el propio Mendoza Bertancourt al ser confrontado por los integrantes de la comuna jiquilpense por el cambio de uso de suelo en la zona arqueológica.
Con información de Ibeth Cruz