Por primera vez, el Teatro Morelos de Morelia vibró con la energía del metal, al recibir a Arch Enemy, una de las bandas más emblemáticas del death metal melódico. Liderada por la imponente Alissa White-Gluz, la agrupación sueca-canadiense ofreció un espectáculo poderoso, lleno de técnica, fuerza y emotividad, cautivando a un público que vivió cada canción con intensidad.
La noche comenzó con una explosión de energía cuando sonó “Deceiver, Deceiver”, el tema que marcó el inicio de una velada inolvidable. El recinto, abarrotado de seguidores que se entregaron por completo al escuchar clásicos como “Nemesis” y “Ravenous”, así como temas recientes como “Handshake with Hell”.
La impecable ejecución de Michael Amott y Jeff Loomis en las guitarras fue un deleite para los asistentes, mientras que el bajo contundente de Sharlee D’Angelo y la potencia en la batería de Daniel Erlandsson construyeron un sonido envolvente y demoledor que llenó cada rincón del teatro.
Con “The World is Yours” y la icónica “War Eternal”, Alissa White-Gluz mostró por qué es una de las vocalistas más destacadas del género. Su impresionante habilidad para alternar entre guturales brutales y voces melódicas, combinada con su presencia enérgica en el escenario, dejó al público extasiado.
El repertorio incluyó también los nuevos sencillos “Dreams Stealer” y “Liars & Thieves”, que forman parte de su próximo álbum. Estos temas, junto con “House of Mirrors”, demostraron que la banda sigue evolucionando y renovándose, despertando entusiasmo por lo que está por venir.
Uno de los momentos más especiales fue cuando Alissa, agradeció al público por su calurosa recepción y prometió regresar a Morelia. Su carisma y su belleza, sumado a un espectáculo visual impactante con luces perfectamente sincronizadas y efectos deslumbrantes, llevó la experiencia a otro nivel.
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El mensaje de resistencia, empoderamiento y unidad que caracteriza a Arch Enemy resonó profundamente entre los asistentes. La banda reafirmó por qué es una de las mayores referencias del metal a nivel mundial, dejando una huella imborrable en la escena musical de Morelia.
Sin duda, fue una noche que quedará grabada en la memoria de los metaleros como un momento épico en la historia de la ciudad.