Morelia, Michoacán, (OEM-Infomex).- Representantes de movimientos ambientalistas, entre ellos el Movimiento en Defensa de la Loma de Santa María, denunciaron públicamente que el Gobierno de Michoacán no está asumiendo una política ambiental comprometida, sólo son simulaciones que no resuelven los problemas de fondo, por ejemplo, dicen regular el crecimiento indiscriminado del aguacate pero por otro lado están fomentando las certificaciones de nuevas huertas.
Ejemplo de esta desatención es que en los últimos 30 años se han perdido 68% de los bosques por los cambios de uso del suelo (sobre todo por el aguacate), 71 municipios de Michoacán se encuentran en sequía extrema y la mayor parte de los ríos y cuerpos de agua están contaminados y los acuíferos sobreexplotados.
Acompañados de la investigadora Patricia Ávila, de la UNAM campus Morelia, evidenciaron que las ciudades del estado han crecido sin una planificación urbana efectiva, a costa de los espacios naturales y rurales, orientando su expansión bajo la lógica de los intereses inmobiliarios y alentando la segregación entre ricos y pobres.
“Este panorama de devastación ambiental se ve alimentado por el incumplimiento de la ley y la orientación de políticas neoliberales para favorecer la expansión del capital en el territorio michoacano, lo que conlleva a la violación de derechos colectivos y humanos”, enfatizó Carlos Olivares, también egresado de la UNAM y miembro del Concejo Estatal de Ecología (COEECO).
Arremetieron también contra las consultas de gobierno que se realizan en diferentes regiones de Michoacán por ser sólo una cortina de humo, no tienen un objetivo claro ni escuchan las verdaderas propuestas de desarrollo integral y no atienden los grandes problemas del estado, se convierten en instrumentos de poder que ahondan las injusticias sociales y el deterioro ambiental.
“Por ejemplo, los gobiernos estatales han impulsado con sus políticas los cultivos de agroexportación (fresa y aguacate, principalmente) que han sido los principales responsables de los cambios usos de suelo, el agotamiento de acuíferos y la contaminación de aguas; así como los megraproyectos urbanos, industriales y mineros que atentan con Áreas Naturales Protegidas y zonas de importancia ecológica como humedales, bosques y costas", expresó el ambientalista.
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Reprochó que para la construcción de estos planes de desarrollo se simula que hay apertura a la participación ciudadana mediante la organización de foros de consulta y mesas de trabajo, pero en los hechos nada de lo que allí se propone se retoma.
Recriminaron también que el contenido de los planes ya está acordado con antelación, por la vía del pago de favores políticos y pactos con las élites económicas dominantes.
“Como movimiento ciudadano siempre hemos acudido a estos espacios de participación para aportar nuestras ideas y propuestas con la finalidad de incidir en mejores planes y políticas. Sin embargo, nos sorprende que estas prácticas de simulación sean igualmente reproducidas por el actual gobierno estatal: hay un claro menosprecio a la participación ciudadana como son los foros de consulta, donde en el caso del foro de Pátzcuaro se dio un minuto para que se resumiera en una plenaria el total de las propuestas generadas en cada mesa de trabajo. La versión preliminar que circula del plan es totalmente acorde con un proyecto de devastación ecológica. Como ha dicho el gobernador: 'Michoacán tiene vocación aguacatera y fresera', con una notoria ausencia en la perspectiva ambiental y sin interés en buscar la soberanía alimentaria y la justicia social”, dijo.
En este mismo caso, denunciaron que en el apartado donde se incluye lo ambiental, se denominó territorios sostenibles, que es un término ambiguo y evita hacer explícita una agenda ambiental.