Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Un total de 12 mil 335 estudiantes de educación especial en el estado, según el registro de la Secretaría de Educación en el Estado (SEE), carecen de una estrategia viable que garantice su aprendizaje pleno frente a la pandemia de Covid-19.
Desde abril del año pasado, las actividades escolares en Michoacán mutaron a la educación a distancia, sin que existiera una claridad sobre la impartición de clases en alumnos que requieren una atención personal y directa para lograr su aprendizaje.
Actualmente, la entidad cuenta 61 Centros de Atención Múltiple (CAM), 105 Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación (Usaer), seis Centros de Recursos e Información de Educación Especial (Criee), seis centros psicopedagógicos, dos Centros de Capacitación de Educación Especial (Cecadee) y seis unidades de grupos integrados; los cuales han dejado de operar de manera presencial y han tenido que desarrollarse sobre plataformas virtuales.
El CAM 9Y bajo la dirección de Ma. Auxilio López Alejandre, opera con 78 alumnos de tres a 22 años en niveles que abarcan desde prescolar hasta la educación laboral y Universo Centro Educativo quien dirige Ana María Ruíz de Chávez, trabaja con 87 estudiantes de cinco a 12 años. Ambos centros habían teniendo un nulo acercamiento con las plataformas virtuales como forma de trabajo, pre pandemia, reconoció.
El auge de estas plataformas como medio de trabajo vino a presentarse como un nuevo reto para docentes, alumnos y padres de familia.
De acuerdo con la SEE, la medida de evaluación que aplican los maestros de educación especial con sus alumnos es “sostenida”, es decir, un correcto aprendizaje; “baja” que implica un conocimiento medio; e, “inexistente”: que no hay una comprensión total de la enseñanza en la educación a distancia.
En este último, se encuentran 217 alumnos de preescolar, 2 mil 312 de Primaria y 275 de Secundaria.
Los principales obstáculos para estos alumnos a través de lo virtual son la intercomunicación, el análisis de información, la captación de atención y la convivencia.
En entrevista, la directora López Alejandre indicó que para que un niño pueda desenvolverse con la sociedad, requiere de la actividad “zona de desarrollo próximo” es decir, necesita de la interrelación con sus compañeros, puesto que resulta un pleno ejercicio de convivencia y comunicación.
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Aunado a esto se implementaron estrategias ajenas a las programadas por la Secretaría de Educación Pública (SEP) como “aprende en casa” o “quédate en casa”, refirió la directora Ruíz de Chávez, porque aun cuando el programa también está diseñado para niños o jóvenes con alguna condición, no es totalmente incluyente, puesto que con ellos se necesita socializar la información y anexar el razonamiento, pero debido a la distancia resulta complicado.
Durante el último año estos centros especiales han operado bajo los programas gubernamentales a través de videollamadas, vídeos, archivos pdf y transmisiones televisivas, pero, también idearon nuevas formas para abarcar otras aristas, como la implementación de cuadernillos de actividades, talleres y/ o planificaciones que no son fijas sino tentativas.
La directora refirió que uno de los principales objetivos que se pretenden con la inclusión es trabajar con las barreras u obstáculos que los estudiantes presenten, ayudar y estimularlos para que accedan a las escuelas regulares y sean funcionales en la sociedad.
López Alejandre, mencionó que actualmente existe una ley internacional que vela por la no discriminación, la educación de calidad y la aceptación de programas inclusivos en escuelas “regulares”, pero para aplicarla en México se tendría que replantear totalmente el funcionamiento de las instituciones como: la creación de grupos reducidos, la educación personalizada, los ajustes arquitectónicos, inculcar empatía y paciencia a los docentes, entre otros.
Por otro lado, los padres pasaron a ser los ejecutores directos y no los docentes, ante esto se toparon con la falta de experiencia educativa, información y tiempo, lo cual generó problemas de salud emocional, además del impacto económico que implica sostener este tipo de educación desde casa debido a que recurrieron a terapias u otro tipo de instrucciones ajenas a la institución, para que sus hijos no retrocedan en su educación, refirió la docente.
La directora del CAM 9Y dijo que de trabajar con 15 niños y jóvenes antes de la llegada de Covid-19, tuvieron que reducir los grupos de 2 a 3 alumnos, poniendo como objetivo principal el siguiente planteamiento “yo como maestro ¿qué estoy haciendo?” y aunque es un reto, se debe seguir trabajando para que los estudiantes tengan derecho a las herramientas y logren ser independientes en el futuro.