Morelia, Michoacán (OEM - Infomex).- "Son tantísimos, cómo le iremos a hacer", expresaba preocupado el fray Jorge Aguilar, encargado de la iglesia de San Diego. En pleno Jardín Morelos, al clérigo se le amontonaban los trabajadores de la construcción y sus cruces listas para ser bendecidas.
"A ver, ábranme un campito", suplicaba el sacerdote mientras se acercaba a los cientos de trabajadores que se dieron cita para conmemorar el Día de la Santa Cruz que, de acuerdo con la historia de la religión católica, representa cuando la emperatriz Elena, madre de Constantino, fue en busca de la cruz en la que murió Cristo.
"Agua hay para todos y bendita, de la buena, pero sigan circulando", bromeaba Jorge Aguilar para tratar de tranquilizar a la muchedumbre, misma que también se aglutinaba en los stands de los patrocinadores para recibir una playera de regalo.
Tras unos minutos, el fray dio con una dinámica medianamente funcional para no dejar una sola cruz sin bendecir. Pero como generalmente un problema viene acompañado de otro, se enfrentó a un nuevo dilema: elegir a las cuatro cruces más originales de este año.
La responsabilidad era grande, pues estaban en juego cuatro bicicletas y los diseños que competían por ellas la estaban poniendo bastante difícil. Había cruces elaboradas con palas, con varilla, clavos, botes de cemento, martillos, entre otros materiales.
"¡Ay Dios mío, en qué líos nos meten!", sudaba Jorge Aguilar, quien pedía respaldo cómplice a los patrocinadores. Al final, como si de un programa de televisión se tratara, recurrió al concurso de aplausos para definir a los ganadores. Sin embargo, no pudo evitar que se llevara unos cuantos abucheos por su decisión.
Simón Carillo, trabajador de la construcción desde hace 45 años y originario del municipio de Arteaga, relata que de un tiempo para acá comenzó a animarse a diseñar sus cruces como una forma de festejarse con sus compañeros en este día.
"Ahora decidí juntar una pala con los martillos y ponerle una flor para acompañar, estuve cerca de ganar, pero ni modo, lo bueno es que al rato nos estaremos festejando con una carnita asada".
Ya en un tono más serio, refiere que la falta de seguridad social es una de las problemáticas que más padecen quienes se dedican a la construcción, pues aunque los patrones suelen prometer este derecho laboral, reconoce que son pocos los que llegan a cumplirlo.
"A los que no ganaron, no se vayan a sentir, todas las cruces estaban simpáticas y bonitas", remató el fray Jorge Aguilar a manera de consuelo y despedida.
En medio de la plaza, los trabajadores bromeaban unos con otros y se organizaban para lo que seguía. Se hablaba de una jornada laboral corta para después dar paso a la comida y la fiesta. Por hoy, los "colados" pueden esperar.