Morelia, Michoacán.-(OEM-Infomex).- El presidente de la Asociación de Industriales del Estado de Michoacán (AIEMAC), Carlos Enríquez Barajas, advirtió que ante la insistencia del gobierno estatal de imponerse los impuestos ecológicos para el ejercicio fiscal 2020, se corre el riesgo de que la iniciativa privada local rompa relación con el Ejecutivo, tal como sucedió en Zacatecas.
El representante de los industriales se pronunció por continuar los diálogos con autoridades del gobierno de Silvano Aureoles Conejo, toda vez que ellos por su cuenta ya trabajaron en una propuesta para remediar los daños ambientales por ello se presentó una iniciativa de ley por medio del diputado local panista, Arturo Hernández Vázquez. No obstante no han prosperado.
Sin embargo y ante los pronunciamientos del mismo Aureoles Conejo de mantener su propuesta de implementación de los impuestos ecológicos y cedulares incluso en el alcance presupuestal a enviar en próximos días, Enríquez Barajas refirió en que, de aprobarse, no quisieran llegar a instancias legales a través de la promoción de amparos, pues además de desgastante es costoso.
Desde nuestro punto de vista no están construidos en un sentido que pueda abonar a solucionar problemas reales de lo que se está planteando… vale la pena aprender de estos ejercicios, porque en Zacatecas los lanzaron y después todos los empresarios se ampararon, lo cual es costosísimo, esto llevó a que no se recaudara un solo peso y a una muy mala relación con el gobierno
El presidente de la AIEMAC recordó que los primeros acercamientos con gobierno del estado fueron cerca de tres semanas atrás, sin embargo han notado que las posturas y mensajes varían conforme a las mesas instaladas y lo que se dice ante los medios de comunicación, además que las mismas autoridades han reconocido que los nuevos gravámenes tienen un sentido más recaudatorio que de resarcimiento al daño ambiental.
De ahí que reiterara su postura totalmente en contra de que en esos términos se les cobren impuestos, no así para construir una forma de aportar en un sentido responsable al desarrollo económico de la entidad, pero no “con la puerta a punto de machucarte los dedos”, insistió.