Adaptación de Los Olvidados de Luis Buñuel llega a Pátzcuaro

Los olvidados, una tragedia para jovenes audiencia se presenta dell 21 al 25 de octubre, el escenario del Centro Dramático de Michoacán (CEDRAM) en Pátzcuaro

Julieta Coria/El Sol de Morelia

  · jueves 24 de octubre de 2024

Del 21 al 25 de octubre, el escenario del Centro Dramático de Michoacán (CEDRAM) en Pátzcuaro se llenará de emociones con la obra Los Olvidados, una adaptación sin palabras de la icónica película de Luis Buñuel. Bajo la dirección de Quy Lan Lachino y Asur Zágada, la puesta en escena explora la pobreza y la delincuencia juvenil, temas que resuenan profundamente en la actualidad.


El elenco, compuesto por Quy Lan Lachino, Asur Zágada, Carlos López Tavera, Rosaura Pérez Sanz, Abigail Pulido y Frida María, se encargará de dar vida a esta obra corporal destinada a adolescentes entre los 13 y 18 años, especialmente de escuelas secundarias de comunidades con limitado acceso al arte. La entrada será gratuita para el público en general.


Una tragedia universal sin palabras


En entrevista con El Sol de Morelia, Asur Zágada compartió detalles sobre la adaptación: “Queríamos mantener la esencia emocional que Buñuel imprimió en su película, pero también dar nuestro propio enfoque. Los personajes, nacidos en la pobreza, se ven arrastrados a un ciclo de violencia y desesperación. En nuestra versión, la tragedia se narra a través del cuerpo, sin diálogos, utilizando máscaras que enfatizan las emociones silentes de los personajes”.


Zágada explicó que la decisión de omitir el lenguaje hablado se debe al deseo de resaltar la universalidad del mensaje. “La pobreza y la marginación no necesitan traducción. Con las máscaras y un trabajo corporal meticuloso, buscamos que el público se conecte con la desesperanza de estos jóvenes que luchan por encontrar su lugar en el mundo”, comentó el director.


Inspiración y adaptación


La obra mantiene fieles ciertos elementos del estilo de Buñuel, como su mirada crítica hacia las estructuras sociales que perpetúan la marginalidad. Sin embargo, Zágada y Lachino también han introducido su propia sensibilidad, adaptando la historia a un formato contemporáneo y silencioso. “Buscamos que el público se sumerja en un sueño, acompañando a los personajes en sus decisiones difíciles, haciéndoles reflexionar sobre las realidades que muchos jóvenes enfrentan hoy en día”, añadió Zágada.



Técnica y simbología detrás de las máscaras


La obra está marcada por un cuidadoso trabajo en el lenguaje del cuerpo y la máscara, en colaboración con dos compañías teatrales. “Usamos técnicas de clown y otras disciplinas que nos permitieron desarrollar personajes complejos sin necesidad de palabras. Cada máscara fue creada por los actores, lo que les ayudó a construir personajes más auténticos, reflejando tanto la dureza de la vida en las calles como la posibilidad de transformación”, explicó.


La pobreza, según el director, es una fuerza omnipresente que moldea las vidas de los personajes, pero también es un catalizador de cambio. “Queremos mostrar que, a pesar de las circunstancias difíciles, siempre hay un camino hacia la comunidad y la luz”, concluyó.


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Sonido y sensaciones: un entorno inmersivo


Uno de los aspectos más destacados de esta adaptación es el uso del sonido. La partitura, diseñada con sonidos reales de la Ciudad de México –vías del tren, mercados, tráfico–, crea una atmósfera sensorial que sumerge al espectador en la experiencia de los personajes.



Una experiencia para ampliar horizontes


Zágada espera que el público, especialmente los adolescentes, se vea impactado por la obra: “Queremos que sientan empatía y que, al salir del teatro, tengan una nueva reflexión sobre la diversidad y las realidades que viven otros jóvenes en México. Buscamos abrirles nuevos horizontes y mostrarles que, a pesar del panorama sombrío, siempre hay alternativas y posibilidades”.


Los Olvidados promete ser una experiencia teatral única, donde las emociones se manifiestan a través del cuerpo y el silencio, invitando al público a mirar más allá de las palabras.


Esta versión mejora la estructura, corrige errores gramaticales y añade fluidez a la narrativa, manteniendo la esencia del mensaje.