Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- Más allá de comercializar la miel y obtener un beneficio por ello, el objetivo es la conservación de las abejas, ya que este diminuto y muchas veces temido animalito, es el principal agente polinizador de cualquier ecosistema; sin él la inexistencia de al menos diez productos sería una realidad.
Así define Patricia Fernández Suárez, conocida empresaria que radica en Uruapan y eventualmente en otras localidades michoacanas, la actividad que inició hace nueve años con cinco cajones para colmena, y que hoy en día cuenta con 100 de este tipo.
“Aproximadamente hace nueve años me invitaron a ver unas colmenas en un huerto y al descubrir cómo las abejas se organizan y conocer un poco de su sistema, me gustó mucho y fue de ahí que comenzó mi interés por las abejas, sobre todo cuidarlas, porque empecé a notar que había muchas abandonadas, sin embargo, aún con el descuido de nosotros los humanos, ellas seguían trabajando”, señala en charla con El Sol de Morelia.
En abril de 2019, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dio a conocer que en el último cuatrienio se han perdido en México alrededor de mil 600 millones de abejas, lo que ha traído como consecuencia graves repercusiones en la polinización y en la producción de miel.
En ese entonces, el responsable del Laboratorio de Análisis de Propóleos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, Tonatiuh Cruz Sánchez, destacó que algunos expertos consideran que la situación es “apocalíptica”, pues aunque no son la única especie en riesgo, sí es una de las más importantes.
El investigador señaló que los agentes polinizadores más relevantes del ecosistema están en crisis porque sus poblaciones han tenido un declive por múltiples amenazas, como la destrucción de su hábitat y el uso excesivo de agroquímicos.
El académico indicó que el uso de glifosato podría contribuir al declive de las abejas melíferas y de las nativas, pues el herbicida no sólo las mata, sino que las desorienta y se ven imposibilitadas para regresar a sus colmenas, puntualizó.
En la entidad, según información de la Secretaría de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Territorial (Semaccdet), durante la última década ha desaparecido el 40 por ciento de las colmenas de abejas, y las más afectadas son las llamadas meliponas.
Ello por varios factores, como son la competencia de otro tipo de abejas como las europeas y las africanizadas, los incendios forestales, la tala clandestina, el cambio ilegal de uso de suelo y desaparición de bosques y, principalmente, y el empleo de pesticidas.
Además se resalta que la abeja tiene una función indispensable, pues la agricultura mundial depende en un 70 por ciento de estos insectos y su función polinizadora; tan es así que siete de cada 10 productos alimenticios dependen exclusivamente de las abejas.
Especialistas y científicos destacan que sin la polinización las plantas no podrían reproducirse, sin plantas la fauna desaparecería por igual y, en consecuencia, los seres humanos.
¿Qué logros han obtenido hasta hoy?
Preguntamos a Patricia Fernández Suárez sobre sus logros hasta el momento, y considera que es concientizar a la gente sobre la importancia que tienen las abejas.
“Nos hemos ido dando a conocer en la actividad y muchas personas me llaman para pedir colmenas y los canalizo con otros compañeros que sé que hacen este servicio, entonces se va difundiendo y expandiendo esta labor. Es irle dando formalidad, porque antes no le daban mucha importancia a la polinización”, considera.
Actualmente cuenta con 100 cajones de abejas ubicadas en tres huertas de la comunidad de Jucutacato, municipio de Uruapan, aunque también ha tenido oportunidad de polinizar en los municipios de Ario de Rosales, Tancítaro, Apatzingán y Paracho, entre otros.
En cuanto a la producción, el equipo de Fernández cosechas dos veces al año. Comenzaron recolectando una cubeta de 19 litros y ahorita producen alrededor de 150 cubetas de 19 litros, aunque ése no es el objetivo principal.
“Más allá de comercializar la miel y obtener un beneficio por ello, el objetivo es la conservación de las abejas y aprender cómo se organizan, como trabajan, que eso tiene mucho de enseñanza como personas. Un animalito tan chiquito y que le tenemos tanto miedo es inofensivo. La abeja no está creada para atacar”, remarca.
“Todos merecemos un pastel”.
Por otra parte, Patricia Fernández Suárez impulsa un proyecto denominado “Todos merecemos un pastel” que surge por ser empresaria en el ramo de la repostería y, al ver que no todos los niños podían tener la fortuna de contar con su tarta para un festejo en forma, ideó la manera de llevar felicidad.
“Surge en 2016. Para ese entonces yo ya tenía como unos cinco años con mi negocio de pastelería y me daba cuenta que había muchos rangos de clientes de pasteles, por decirlo de alguna manera. Llegaban algunas personas de bajos recursos a preguntar por pasteles que se exhibían en el negocio, los cuales quedaban afuera de su presupuesto”, indicó.
Más allá de comercializar la miel y obtener un beneficio por ello, el objetivo es la conservación de las abejas
Patricia Fernández Suárez. Empresaria uruapense
Dato
Mil 600 millones de abejas se han perdido en el último cuatrienio en México