Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Después de un año de que se reportara la desaparición de la joven Jessica González Villaseñor, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el 25 de septiembre, el autor material de su asesinato, Diego Urik, no ha sido enjuiciado, por lo que la familia sigue luchando para encontrar justicia.
Cristo González Villaseñor, hermano de Jessica, narra en entrevista cómo ha sido enfrentar un caso a todas luces desproporcionado, pues mientras su familia cuenta sólo con un abogado de oficio, la contraparte contrató a un grupo de ocho abogados privados que por lo pronto han alargado el trámite en estos 12 meses.
“Ha sido un proceso muy doloroso, nos toca ir dos o tres veces por semana a la Fiscalía para revisar que todo se haga conforme a derecho, y en ese lapso nos hemos dado cuenta que los únicos derechos que se salvaguardan son los del victimario, los del presunto feminicida”.
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Detalla que mientras más conoce las leyes mexicanas, más se da cuenta de que el imputado tiene oportunidades para reducir una condena o incluso para obtener su libertad. “En comparación a muchos casos podríamos pensar que el nuestro va rápido, que hay avances, pero también nos ponemos a pensar qué pasaría si no revisáramos con lupa el proceso, si no fuéramos tan insistentes e incisivos”.
Actualmente, la defensa de Diego Urik tiene dos amparos promovidos en instancias federales. Uno de ellos es para que no se le juzgue por feminicidio, y el otro pretende que se acepte un juicio abreviado, recurso con el que se busca una reducción de condena y reparación material del daño. Ambos amparos fueron negados por las instancias correspondientes, pero el cuerpo de abogados apeló los resolutivos, lo que por ahora tiene detenido el inicio de un juicio oral.
Las palabras más repetidas por Cristo son “dolor” y “frustración”, lo que ha quedado claro cada vez que la familia da un paso más para demostrar la forma en que le quitaron la vida a Jessica, quien era una joven maestra de educación básica, a sus 21 años de edad.
Cristo no duda en reprobar la actuación de la Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGE), toda vez que las investigaciones han avanzado solo en la medida de que hacen presión y marcaje personal, “han trabajado, pero supervisados por nosotros; de lo contrario, ya se le hubiera dado carpetazo desde hace mucho tiempo”, señala.
Preparan acciones de protesta
Para conmemorar el primer año de la desaparición de Jessica, este martes se realizarán diversas intervenciones en edificios gubernamentales. Desde las 8:00 horas habrá protestas en la FGE, la Casa de Gobierno, el Poder Judicial Federal, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, el Congreso del Estado y el Palacio de Gobierno, donde además se ofrecerá una conferencia de prensa para informar los avances del caso y expresar las inconformidades de la familia respecto al actuar de la fiscalía.
Cronología de los hechos
Fue el 21 de septiembre del año pasado cuando en redes sociales cobró fuerza la desaparición de la joven Jessica González, a quien se le había visto por última vez en compañía de un supuesto amigo. Comenzaba así una intensa búsqueda encabezada por la familia y respaldada por las autoridades, lo que se concretó cuatro días después, cuando fue encontrada sin vida en una zona boscosa al sur de Morelia.
De acuerdo a los exámenes practicados al cuerpo, Jessica presentaba heridas en diversas partes del cuerpo y se presumía que fue estrangulada, lo que meses después confirmaría el perito que le practicó la necropsia, quien en una audiencia realizada el 11 de agosto ratificó que la joven fue asesinada con saña.
El 30 de septiembre fue detenido en Chihuatlán, Jalisco, Diego Urik N, señalado como el autor material del feminicidio gracias a diversas pruebas que incluyeron fotografías y videos. Desde entonces permanece recluido en el penal David Franco Rodríguez, en espera de que comience su juicio.
Este lunes, la FGE informó que se encuentra lista para probar la culpabilidad del joven, a quien busca se le imponga la pena máxima de 50 años y la reparación del daño.