Morelia, Michoacán, (OEM-Infomex).- Cuando nos enamoramos, gritamos a los cuatro vientos nuestro amor, queremos que todos sepan de nuestra felicidad, presumir que tenemos a la mejor pareja, que es guapo, atento, romántico, detallista.
Pero qué pasa cuando tenemos situaciones que no son afortunadas, violencia, desprecio por parte de la pareja, lo ocultamos, dejamos en el anonimato esa parte que viven muchas parejas.
Pero sin duda como dice la canción “también de dolor se canta”. Estas son las historias de Pedro X. y Lucía C., que abren su corazón para contarnos el desamor.
“Los ricos también voltean pa´ abajo”
Don Pedro es un octogenario nacido en Guanajuato y cuenta cómo la suerte lo llevó a conocer a la mujer que lo hizo creer en el amor y en luego de 10 años se decepcionarse del mismo para siempre.
De fondo suenan danzones mexicanos en la Casa de los Abuelos Miguel Hidalgo, Pedro se remonta a su pasado y cuenta que a sus escasos 16 años comenzó a trabajar, arriando ganado en su natal León, en una hacienda de la familia adinerada llamada los Villanueva.
Él aspiraba dejar de ser analfabeta, lo que lo llevó a viajar a la capital del país, donde comenzó a trabajar haciendo escobas de palma, y por las noches tomaba clases en la escuela nocturna.
No fue hasta que Pedro cumplió 35 años cuando en las inmensas calles de la Ciudad de México, reconoció un día caminando a Luz María Villanueva, hija de los hacendados para los que trabajo durante mucho tiempo, por lo que enseguida revivió ese pequeño vínculo que los unió en algún momento de su niñez que sería el pretexto que los llevó a frecuentarse.
“Llámalo suerte, llámalo coincidencia, o azar, pero ahí estaba ella, soltera”, dice. Ella de 30 y él de 35, para esa época la sociedad los etiquetaba ya como “quedados”, por lo que Don Pedro le dijo a Luz: “Tú estás quedada y yo también, por qué no lo intentamos”
Pedro se unió con Luz, “cinturita de avispa”, cómo él la llamaba y hubo una gran boda en San Miguel de Allende, pese a la diferencia de clases sociales y a lo que la gente hablara.
En ese momento la madre de él era una mujer anciana a quien la llevaron a vivir con ellos; Para ese entonces “Nena”, como también la llamaba estaba en total desacuerdo, pero las circunstancias y el amor los orilló a aceptar.
La pareja trató de formar una familia, sin embargo, Luz no podía embarazarse y fue llevada de urgencia al Hospital de la Raza, donde fue intervenida y le retiraron la matriz lo que terminó con la ilusión de convertirse en padres.
“Ella no podía guardar al bebe”, y al paso del tiempo Pedro comenzó a sentir distante de Nena y la relación se deterioró; “se enfrió la relación” aunque él nunca perdió la fe de continuar como comenzaron.
Un día Pedro, llego a su casa y Luz forcejeaba con su madre, “se insultaban y Nena jalaba el brazo de mi madre cuando entre en la habitación, recuerda. A la escena le siguieron una serie de confrontaciones entre ambas familia y Luz comenzó a trabajar en un club deportivo.
Sobrevino la sospecha y la infidelidad.
Pedro acostumbra salir los viernes con sus amigos de manera cotidiana, sin embargo, un día decidió quedarse en su casa. Luz entró a la casa con su amante pensando en que su esposo no estaba y él en lugar de montar una escena les dijo: Vamos a tomarnos los tres un trago”. A la semana Pedro hablo con ella para terminar la relación.
Pedro decidió trabajar y viajar por el mundo, tuvo muchos amoríos pero decidió no volver a casarse. De Luz jamás volvió a saber nada y ahora, en el asilo, solo recuerda el desamor.
“Secreto a voces”
En Apatzingán, Michoacán, nació Lucio Cabañas, quien durante su cambio a Lucia tuvo un romance con “Juan x”, una relación tóxica, que la llevo a la depresión la hizo caer en drogas y alejarse de su familia y amigos.
“Lutzi” como la llaman sus amigos platica de un novio que tuvo cuando ella apenas tenía 18 años y aún vestía como varón. En ese tiempo en el municipio de la tierra caliente conoció a Juan quien inicialmente, comenzó a cortejar a su prima, sin embargo, Juan no tenía su sexualidad definida.
Juan y Lucio, comenzaron a sentir una atracción cada vez más difícil de ocultar hasta que su prima se apartó para que ellos pudieran seguir.
Lucia, comenzaba su proceso hormonal para ser una “mujer trans” cuando buscaron intentar una relación con Juan, sin embargo el puso condiciones para iniciar con la relación.
“No quiero que nos besemos porque tú no eres una mujer, no quiero caricias, nada en público, ni que tu familia ni nadie sepa de lo nuestro”, me dijo.
Ella no quería enfrentar su proceso de transición a “mujer” sola, por lo que accedió a sus condiciones, y todo comenzó una relación normal, con detalles, bonito, lindo”
Sin embargo, Juan le prohibió decirle de su relación a su familia, a sus amigos, ella dejó de ir a reuniones familiares para estar con él porque se sentía enamorada. Para Cuando ella planteo iniciar la transición de hombre a mujer y que deseaba hacerse cirugías estéticas él le reprochó. “El día que tú te operes, te hagas un cambio, yo me voy y te olvidas de mi”, amenazó.
Sin embargo Lucia no se limitó y comenzó con la primera cirugía y entonces apareció una nueva amiga de Juan, “Andrea x”, que se convertiría en un tercero de la relación. Ante la infidelidad Lucia terminó con Juan.
Juan continuo buscando a Lucia quien para entonces entro en depresión y comenzó a juntarse con personas que la invitaron a probar drogas que la hicieron sentir mejor y sentir alivio tras su ruptura: .“ lo hice por inmadurez, por divertirme y por soledad”.
La relación con Juan siguió de manera extraoficial y “en la intimidad no me besaba, no me tocaba, él decía que yo era un niño y el solo besaba a mujeres”
Un día lo invito a un premio que le otorgaron por destacar en la escuela de belleza en qué estudiaba, por lo que ella fue vestida de mujer, coqueta y llamativa, como ella se considera, pero cuando se acercó a Juan, este le dijo: “mira nada más como vienes, tú crees que así te ves bien, pues no”.
En otro momento, Lucia le reclamo por jugar con Andrea y con ella y él la jaloneo y le propinó una fuerte bofetada. “Me golpeo y me dejo un moretón”
Fue cuando Lucia decidió alejarse de Juan pero él continuo acosándola, buscandola solo para agredirla, situación, que llevó a se supiera de su relación: “se hizo un secreto a voces” y recibió amenazas por parte de los familiares de Juan.
Lucy fue reconocida ante la ley en 2018 como una mujer, y en una ocasión asistió a una boda donde cantaba Pablo Montero, quién le propinó un beso frente a todos los asistentes. En revuelo no se hizo esperar y varios medios de televisión la invitaron a sus programas.
Actualmente Lucia Cabañas trabaja en Morelia y lleva seis años de relación con otra pareja. Lucia confiesa que a veces le cuesta trabajo besar y recuerda como Juan le prohibía besarlo.