/ jueves 29 de noviembre de 2018

Roger Waters presentó su gira US+Them frente a más de 14 mil 500 asistentes

El Palacio de los Deportes fue el recinto que lo recibió

Desde lo profundo de la Tierra hasta el brillo del cosmos. Así fue el viaje por el que Roger Waters llevó a los más de 14 mil 500 asistentes que lo acompañaron en la primera de las siete fechas que tiene agendadas en nuestro país.

El Palacio de los Deportes fue el recinto que lo recibió. El escenario quedó opacado por la pantalla gigante al fondo que desde antes de comenzar el show ya mostraba la imagen de una persona en la arena observando el horizonte. Ese pacífico escenario fue consumido por un rojo sangre que de inmediato cambió el tono.

La música de Breathe y One of these days, temas originales de Pink Floyd dieron la bienvenida. Roger Waters ya estaba en el escenario. Su bajo, el mismo que popularizó con el grupo inglés, era lo único que importaba. No las imágenes sobre el capitalismo, tampoco sobre las drogas, mucho menos sobre la crisis social que se veía en las imágenes. Sólo importaba la música.

Pero el tiempo llegó. Time sonó y los relojes acelerados se comieron la vista del público que observaba la gran pantalla. Pronto la energía se transformó y las voces de la audiencia comenzaron a desgarrarse en gritos.

El Domo de Cobre se sumergió en el infierno y el color rojo brotó por doquier. Welcome to the machine, gritaba con fuerza la gente al mismo tiempo que levantaban su puño derecho y el músico los animaba como un líder dentro de una revolución.

No pasó mucho para que el público cayera rendido ante Wish you were here, tema que popularizó junto con Pink Floyd en 1975. Algunas luces iluminaron el Domo.

Guitarra en mano, Waters lideraba las letras de este tema, mientas de fondo de escuchaba con nostalgia y sentimiento “How I wish you were here”.

La nostalgia pronto se volvió un grito desesperado, We don't need no education, exclamó un grupo de 14 niños que debajo de un traje de preso lucían una playera con la frase "Resist", mientras Happiest days of our lives sonaba de fondo.

"A cualquier parte que vamos del mundo siempre traemos niños para que nos acompañen a cantar esta canción.

Queremos que sean ellos quienes continuen con la resistencia", dijo el músico antes de tomar un intermedio mientras al fondo aparecían mensajes sarcásticos como "Resiste Marck Zuckerberg". "Resiste censura del internet". "Resiste Putin en Rusia, resiste Bolsonaro en Brasil". "Resiste Trump & Bolton en Estados Unidos".

El músico interpretaría más adelante temas como Money, Smell the roses, Eclipse, Mother y Confortable Numb, con la que cerraría esta velada.

Desde lo profundo de la Tierra hasta el brillo del cosmos. Así fue el viaje por el que Roger Waters llevó a los más de 14 mil 500 asistentes que lo acompañaron en la primera de las siete fechas que tiene agendadas en nuestro país.

El Palacio de los Deportes fue el recinto que lo recibió. El escenario quedó opacado por la pantalla gigante al fondo que desde antes de comenzar el show ya mostraba la imagen de una persona en la arena observando el horizonte. Ese pacífico escenario fue consumido por un rojo sangre que de inmediato cambió el tono.

La música de Breathe y One of these days, temas originales de Pink Floyd dieron la bienvenida. Roger Waters ya estaba en el escenario. Su bajo, el mismo que popularizó con el grupo inglés, era lo único que importaba. No las imágenes sobre el capitalismo, tampoco sobre las drogas, mucho menos sobre la crisis social que se veía en las imágenes. Sólo importaba la música.

Pero el tiempo llegó. Time sonó y los relojes acelerados se comieron la vista del público que observaba la gran pantalla. Pronto la energía se transformó y las voces de la audiencia comenzaron a desgarrarse en gritos.

El Domo de Cobre se sumergió en el infierno y el color rojo brotó por doquier. Welcome to the machine, gritaba con fuerza la gente al mismo tiempo que levantaban su puño derecho y el músico los animaba como un líder dentro de una revolución.

No pasó mucho para que el público cayera rendido ante Wish you were here, tema que popularizó junto con Pink Floyd en 1975. Algunas luces iluminaron el Domo.

Guitarra en mano, Waters lideraba las letras de este tema, mientas de fondo de escuchaba con nostalgia y sentimiento “How I wish you were here”.

La nostalgia pronto se volvió un grito desesperado, We don't need no education, exclamó un grupo de 14 niños que debajo de un traje de preso lucían una playera con la frase "Resist", mientras Happiest days of our lives sonaba de fondo.

"A cualquier parte que vamos del mundo siempre traemos niños para que nos acompañen a cantar esta canción.

Queremos que sean ellos quienes continuen con la resistencia", dijo el músico antes de tomar un intermedio mientras al fondo aparecían mensajes sarcásticos como "Resiste Marck Zuckerberg". "Resiste censura del internet". "Resiste Putin en Rusia, resiste Bolsonaro en Brasil". "Resiste Trump & Bolton en Estados Unidos".

El músico interpretaría más adelante temas como Money, Smell the roses, Eclipse, Mother y Confortable Numb, con la que cerraría esta velada.

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