Morelia, Michoacán.- En el Día de Muertos, el 28 de octubre cobra especial significado, este día llegan las almas de aquellos que perdieron la vida en trágicos sucesos. Una jornada de reflexión y homenaje que une a familias en el recuerdo.
El 28 de octubre, fecha marcada por la tristeza y la reflexión, cobra una importancia única en el Día de Muertos. En este día, según la información proporcionada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, llegan las almas de aquellos familiares que encontraron la muerte en trágicos eventos. Es un momento de honrar y recordar a quienes partieron de manera inesperada.
En los altares se encuentran fotografías de los seres queridos que, en un giro del destino, perdieron la vida en accidentes. Cada imagen es un testimonio tangible de los momentos compartidos y el amor perdurable. Junto a ellas, una veladora y una flor blanca se erigen como símbolos de luz y pureza en medio de la melancolía.
¿Qué incluyen estas ofrendas?
Las ofrendas, meticulosamente dispuestas, incluyen los elementos que conectan a las almas con el mundo terrenal. Alimentos favoritos, objetos personales y elementos simbólicos se presentan con respeto y cuidado. Cada detalle es una expresión de la devoción y el cariño de quienes aún permanecen en este plano.
En las ofrendas, elementos como veladoras, incienso y agua expresan la fe y amor de cada familia. La flor de cempasúchil, con su aroma y color, guía a las almas hasta la ofrenda. Además, las flores blancas marcan en este altar un símbolo de luz. El pan de muerto simboliza el ciclo de vida y muerte. Frutas y calaveritas complementan el tributo.
En el Día de Muertos, el 28 de octubre adquiere un significado especial, una oportunidad para honrar a quienes se adelantaron en el camino de la vida. Las veladoras iluminan el camino de regreso y las flores blancas simbolizan la pureza de los corazones que recuerdan.
Esta conmemoración es un recordatorio de que la muerte no puede apagar el amor y el legado de quienes se fueron. Y el 28 de octubre los fallecidos en muertes trágicas visitan el mundo corpóreo, esperando ser recibidos en las casa de sus familiares, que los recuerdan con amor y devoción.