“Acepté porque quiero ser un ejemplo para mis hijos. Ellos ya se interesan por la música clásica, buscan ver a Alondra de la Parra en los videos”, declaró Ximena Sariñana, cantante, productora musical y actriz, quien es la narradora en el retorno de Allegro Sinfónico para niños, a realizarse el próximo 20 de agosto en el Auditorio Nacional.
En conferencia para anunciar el evento, expresó que “como mamá me da mucha ilusión participar en este concierto, sobre todo porque mis hijos, desde hace unos meses para acá han mostrado un interés impresionante en la orquesta sinfónica.
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“Todo empezó con el libro sobre la Quinta Sinfonía de Beethoven, así conocieron los instrumentos, lo que es una melodía, movimiento, ritmo, armonía y les fascinó, les llamó particularmente la atención, sobre todo saber que es una mexicana conduciendo la orquesta, porque también ellos pueden llegar a hacer eso”, detalló.
“Me da mucha ilusión traer a mis hijos, quiero que vean, que juzguen mi trabajo, quiero acercarlos de una manera física, presencial, y ser un ejemplo para ellos”.
Ximena estuvo acompañada por Eduardo Amerena, coordinador ejecutivo del Auditorio Nacional, quien expresó que en los cuatro conciertos anteriores de Allegro sinfónico para niños, previo a la pandemia, poco más de 34 mil espectadores lo apreciaron.
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En el recital, la Orquesta Sinfónica de Minería, será dirigida por Raúl Aquiles Delgado, quien informó que la primera parte corresponde a El carnaval de los animales de Camille Saint-Saëns, “la obra es para dos pianos y orquesta, en esta ocasión va enriquecida con la narración de Ximena, quien le va a explicar a los espectadores cómo están distribuidas las cuatro familias instrumentales: cuerdas, maderas, metales y percusiones y a cada uno les pondrá el nombre de uno de los animales, para hacerlo más entendible a los niños”.
En la segunda parte, interpretarán Pedro y el lobo, acompañada con la proyección del cortometraje animado ganador del Oscar 2008. “Ambos repertorios son los más fuertes para mostrarlos al público, los dos son muy potentes, la gente las escucha muchas veces y no se cansan. Es la magia de la música clásica, que entre más se escucha más gusta y nuevas cosas se encuentran porque no es lo mismo apreciarlas a la edad de 10 años, a los 15 o 30 años”, apuntó Eduardo Amerena.