Los principales destinos de playa en el país cerraron 2023 con un incremento de turistas aéreos respecto a los niveles previos a la pandemia, según los recientes reportes de los grupos aeroportuarios.
Prácticamente todos los aeropuertos en estos destinos tuvieron un número de pasajeros por arriba de lo registrado en 2019, año previo a la pandemia del Covid y que representó una crisis para sectores como el turismo.
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Acapulco, donde el huracán Otis impactó a finales de octubre y tuvo cerrada la terminal aérea del puerto, estuvo cerca de los 900 mil pasajeros en 2023, su mejor resultado en 15 años, según datos del Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA).
Destacan crecimientos en aeropuertos como Cancún, Puerto Vallarta y Los Cabos, de entre 28.7 y 37.5 por ciento en comparación con 2019, de acuerdo con los recientes reportes trimestrales de los grupos aeroportuarios del Pacífico (GAP) y del Sureste (Asur).
Sólo los aeródromos de Zihuatanejo y Huatulco tuvieron resultados similares a los obtenidos en el año previo al impacto de la crisis por Covid-19.
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Para Gerardo Herrera, académico de la Universidad Iberoamericana y especialista del sector turismo, este crecimiento tiene que ver con que las playas mexicanas son de las más competitivas a nivel global.
Recordó que en 2023 México recibió a 42.1 millones de turistas internacionales, 10 por ciento más que en el año previo y cifra cercana a lo registrado en 2019, y que entre los destinos más demandados siguen estando las playas.
“Esto habla de lo atractivo que siguen siendo los destinos mexicanos como tópico general y de cómo las playas se mantienen en la preferencia del turismo de corta y mediana estancia”, comentó el especialista de la Universidad Iberoamericana.
En total, los nueve destinos de playa más populares del país recibieron en 2023 a 53.3 millones de turistas aéreos, tanto nacionales como extranjeros, lo que representa un incremento de 8.7 por ciento a tasa anual.
Herrera destacó que en el caso del turismo internacional se puede ver un fenómeno impulsado por los extranjeros que compran tiempos compartidos en el país, principalmente los de Estados Unidos y Canadá.
“Hay muchos tiempos compartidos y aquí vemos el efecto de la gran inversión del sector inmobiliario en playas en los últimos cinco o 10 años. Hablamos de que no es turismo de dos o tres noches, sino de media estancia. Se trata de un fenómeno estructural, es resultado del efecto de una década de políticas agresivas en construcción de desarrollos”, comentó el académico.
Recordó que México fue de los pocos países que no cerró fronteras durante la pandemia lo que pudo generar un flujo turístico nuevo que se volvió leal a destinos nacionales.
En cuanto a los viajeros domésticos, Herrera consideró que tras la pandemia mantienen la intención de viajar, incluso destacó que acuden al crédito pese a las altas tasas de interés.
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Los datos más recientes del Banco de México (Banxico) señalan que en 2022 los mexicanos pagaron con tarjetas de créditos 115 mil 836.2 millones de pesos en conceptos de agencias de viajes, hoteles, aviones, autobuses de pasajeros y renta de autos. Dicho monto resultó 13.2 por ciento mayor a lo registrado en 2019 y, para 2023, el especialista de la Ibero espera que la cifra siga en aumento.
“En el caso del turista nacional tiende a la ampliación del crédito. A pesar de las altas tasas, el mexicano se sigue endeudando en todo lo que es actividad recreativa, como el turismo y la industria de espectáculos. El año pasado y éste es de recuperación de conciertos, vemos que el sector financiero otorgó muchas facilidades de pago para estos eventos, y las ofertas que más llegan son viajes y espectáculos”.
