Cooperativas escolares, se niegan a retirar comida chatarra de sus anaqueles

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Esta primera semana de febrero los precios de la canasta básica registraron una disminución de 34 pesos, ya que en total los 10 productos básicos que monitorean este medio se encuentran en 317 pesos aproximadamente en los mercados municipales , siendo el jitomate el insumo que redujo su precio con considerable.

A finales del mes pasado el jitomate se conseguía en 26 pesos, pero esta semana cuesta 12 pesos, lo que significa una disminución de más del 50 por ciento; el frijol también pasó de 38 a 34 pesos; el limón, que valía 28 ahora cuesta 20 pesos y el aguacate bajó 10 pesos, pues ahora lo ofertan en 35 pesos.

Sin embargo, el producto que subió cuatro pesos es el huevo, que pasó de 42 a 46; cabe recordar que esta proteína a principios de enero valía 38 pesos, es decir, que en un mes subió ocho pesos. Lo anterior se debe al desabasto del insumo en Estados Unidos por la queja aviar que atraviesa, lo cual ha incrementado más del 100 por ciento su costo en dicho territorio.

El resto de insumos que conforman la canasta básica mantuvieron su precio: el pollo entero en 70 pesos; las tortillas en 22 pesos; el aceite en 48 pesos; el azúcar en 24 pesos; el bolillo entre 5 y 7 pesos.

¿Qué venden en las cooperativas escolares?

Son las dos de la tarde del último lunes de enero, la temperatura casi roza los 30 grados en la capital michoacana. A la hora de salida, afuera de la escuela Primaria Belisario Domínguez, hay un grupo de padres de familia que esperan a sus hijos, también hay un señor de edad mayor que vende BonIce, una barra de hielo con exceso de azúcares y endulzantes artificiales. A unos 50 metros otro adulto espera algún cliente bajo el paraguas amarillo que está incrustado a su moto en la que ofrece helados.

En un lapso de 15 minutos, al menos tres estudiantes de entre seis y siete años piden a sus papás que les compren algunos de estos productos.

El 25 de octubre de 2022, los diputados de la 65 Legislatura aprobaron las modificaciones a la Ley General de Educación en materia de Salud alimentaria en las escuelas, para prohibir la venta y publicidad de comida chatarra al interior y exterior de los planteles. La reforma fue enviada al Senado, donde debe ser avalada para entrar en vigor.

De la puerta para afuera no podemos incidir

Leticia Cortés Díaz, directora del turno vespertino de la primaria Belisario Domínguez, dijo que al interior de la escuela se acatan los lineamientos que emitió la Secretaría de Educación del Estado (SEE) el 24 de agosto del año pasado, como mantener protocolos sanitarios en cafeterías , tiendas, comedores o cooperativas y no vender alimentos de bajo o nulo valor nutricional.

“Aquí se venden tacos suaves, palomitas caseras y dulces de tipo regional como ates, pero cuidamos lo más que se puede esa parte porque hay un Comité de Vigilancia que está al pendiente de lo que se vende”.

Al ser cuestionada por los vendedores de afuera de la escuela, comentó que es algo que no han podido regular.

“Les dijimos que si iban a vender se retiraran, ha venido el ayuntamiento, pero de la puerta para afuera no tenemos mucha incidencia”, agregó.

Por su parte, Alejandra S., mamá de una niña de nueve años que asiste a una escuela particular, comentó que en la cooperativa de la primaria venden molletes, espagueti, fruta picada, agua, nieve, hot- cakes, Yakult, dulces y galletas de chocolate.

En la circular 39/2022, la SEE acotó que al interior de las escuelas se debe promover la sana alimentación del estudiantado, por lo que se deben ofrecer menús a precios accesibles, además que no se permite el comercio informal o ambulante de ningún tipo de productos.

En este caso, Alejandra no permite que la mayoría de veces le prepare lonche a su hija; “se lo pongo por la economía, porque me sale más barato, pero también por lo nutritivo, le doy 20 pesos una o dos veces a la semana, pero no más”.

Tomando de referencia este monto y si fuera diario, a la semana un padre de familia estaría gastando 100 pesos, que al mes sumarían 400, cantidad que podría usar para comprar una canasta básica.