Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Desde que surgió la pandemia del SARS-CoV-2, virus causante del Covid-19 en todo el mundo, se han acumulado diversas variantes, unas más peligrosas que otras. Desde Alpha (B.1.1.7), Beta (B.1.351), Gamma (P.1) hasta Delta (B.1.617.2) y Ómicron (B.1.1.529).
Sin embargo, últimamente han llamado la atención las subvariantes BQ.1 y BQ.1.1, bautizadas por usuarios de redes sociales como “perros del infierno”, en referencia al perro del dios Hades de la mitología griega conocido como “Can-cerbero”, un monstruo de tres cabezas con cola de serpiente que vigilaba las puertas del infierno.
Pero, ¿qué tan real es que se trata de nuevas variantes y que las hayan nombrado así? ¿Es verdad que generan síntomas distintos a los conocidos?
Mentiras y verdades
Ninguna autoridad sanitaria las ha denominado de esa manera y tampoco generan una sintomatología en particular. No se trata de una nueva variante como tal, pues en realidad son dos subvariantes de Ómicron ya conocidas, contra las cuales las vacunas siguen siendo efectivas.
A mediados de octubre la Organización Mundial de la Salud (OMS) mencionó que “perro del infierno” tenía una prevalencia del seis por ciento y había sido detectada en 65 países, sobre todo de la Unión Europea como Francia, Bélgica, Irlanda, los Países Bajos e Italia.
Hasta el momento no se han reportado casos en México, pero es probable que en las próximas semanas de noviembre o en diciembre y enero puedan detectarse infectados. Al respecto, Mauricio Rodríguez, investigador de la UNAM, dijo que aunque existen numerosas subvariantes de Ómicron, no han sufrido tantos cambios como para representar una preocupación hasta el momento.
¿Qué dice la OMS?
El pasado 27 de octubre la OMS dio a conocer que si bien no hay que perderlas de vista ya que sí presentan un alto porcentaje de reinfección, aún no hay estudios epidemiológicos suficientes que las cataloguen como de especial preocupación para el mundo o que sugieran un aumento en la gravedad de la enfermedad, tal como lo sigue siendo Omicrón.
Precisó que entre sus síntomas se encuentran dolor de garganta, tos, malestar general, diarrea, secreción nasal, elevación inusual del ritmo cardiaco, dolor de cabeza, dolores musculares, fiebre y fatiga.
“Las proporciones actuales no son lo suficientemente altas como para que las subvariantes ya hayan tenido un impacto notable en la situación epidemiológica de los países afectados”, informó por su parte el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).
En conclusión, no se trata de una nueva variante ni se llama oficialmente “perro del infierno”, además de que tampoco genera síntomas distintos a los ya conocidos para el Covid-19.