Morelia, Michoacán.- En la era tan apresurada en que vivimos las salud mental se ve deteriorada por factores externos e internos. Lamentablemente no hay un botón para ser felices pero la ciencia comprobó cinco recomendaciones para ser feliz.
La felicidad es subjetiva, es decir, lo que para uno es felicidad, para otro no lo puede ser. Por este motivo, los filósofos discrepan al momento de definir qué es felicidad. No obstante, la ciencia descubrió cinco hábitos que pueden hacer feliz a cualquiera:
Haz ejercicio
Puede sonar trillado pero es la realidad. La actividad física ayuda a producir endorfina, la hormona que se encarga de aliviar la sensación de dolor y anula las emociones negativas. Los deportes que más producen esta sustancia son correr, nadar o remar, aunque cualquier otra actividad física sirve, incluso bailar.
Sé amable contigo mismo
"Siempre me equivoco", "soy un p***ejo" son frases que nos decimos a nosotros mismos cuando algo nos nos sale como queremos o no cumplimos nuestras propias expectativas. La manera en que nos dirigimos a nosotros nos moldea y condiciona nuestro comportamiento futuro. Lo que se recomienda es dirigirnos a nosotros en segunda persona pues esto ayuda a alejarnos de las emociones y seamos más racionales, por lo que podrás entender tus errores desde una perspectiva más positiva.
Expresa tus emociones
Guardarse emociones y no hablar de nuestros problemas genera una serie de consecuencias que repercuten en nuestra psique. Lo ideal sería acudir con un psicólogo pero plasmar tus experiencias, emociones y preocupaciones en una libreta, agenda o computadora también sirve.
Socializa
El humano es un animal social por naturaleza. El aislamiento impide un correcto desarrollo de la personalidad, además de que también puede afectar nuestra salud. Dedicar una fracción de tu día para convivir con personas de tu entorno nos ayudará a ser más felices y mejorará nuestra calidad de vida.
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Abraza
El contacto físico disminuye los niveles de cortisol, hormona del estrés, y hace que nuestro cerebro produzca oxitocina y serotonina. Estudios arrojan que desde bebés estamos predispuestos a abrazar para garantizar nuestra supervivencia. Esto, como adultos, nos condiciona a asociar los abrazos con un sentimiento de protección que nos conduce a reducir el estrés.