Morelia, Michoacán.- ¿Te acuerdas de la secuencia de Fibonacci? Para refrescarte, es uno de los grandes descubrimientos de las matemáticas, pues Leonardo de Pisa viajó a África con su padre, y en este lugar aprendió un sinfín de conocimientos orientales, sobre todo del álgebra.
Leonardo de Pisa se adentró al arte del álgebra gracias a “Compendio de cálculo por reintegración y comparación”, de Mohammed nombre con que lo escribió Al-Juarismi en los años 780 y 850, para después llegar hasta el occidente.
Sin embargo, los números arábigos no fueron bien recibidos en Europa, sobre todo de los intelectuales, ya que temían perder el control del conocimiento del sistema romano, que era complejo para las masas, pero el álgebra era más accesible para el pueblo, pues cualquiera podía sumar, restar o multiplicar.
Incluso hubo una prohibición de usar el sistema en Florencia, pero duró muy poco tiempo debido a que el conocimiento no tiene límites.
Fibonacci se encontró con una situación que lo llevaría al descubrimiento del mundo de las matemáticas, se trata de la secuencia divina. En esto se basó con una cría de conejos:
Así que primero comenzó a hacer un registro de esta manera: en un mes nace una pareja de conejos. Pareja A. En dos meses cruza la pareja A y sigue existiendo solo una pareja, en el tercer mes, la pareja A da luz a la pareja B. Cruza a la pareja A y hay dos parejas; al cuarto mes, la pareja A da luz a la pareja C. Cruza a la pareja A y B y hay tres parejas; al quinto mes A y B dan luz a las parejas D y E. Se cruza pareja A, B y C y hay cinco parejas; al sexto mes, A, B, y C dan luz a las parejas F, G y H, D y E cumplen un mes. Se cruzan A,B,C,D y E y hay ocho parejas, y al séptimo mes, A, B, C, D y E dan luz a I, J, K, L, y M. Se cruzan A, B, C, D, E, F, Gy H, y hay 13 parejas.
Estos números arábigos fueron presentados en su Liber Abaci publicado en 1202.
Por tanto, hoy se celebra el Día de Fibronacci porque la comunidad matemática señaló que la fecha coincide con los primeros números de la secuencia (1,1,2,3).
