“Nunca recuerdas nada”, “eres muy sensible y todo te afecta” o “por tu culpa suceden las cosas”; si tu pareja ha utilizado esas frases hacia ti, cuidado, podría tratarse de una conducta conocida como gaslighting.
El gaslighting es un comportamiento en las relaciones de pareja que se considera un abuso psicológico, de acuerdo al portal Psicología y Mente, sitio especializado en la publicación de estudios e investigaciones sobre salud mental.
De acuerdo a especialistas, el fenómeno ocurre muy lentamente, casi imperceptible para la víctima, la cual es sometida indirectamente a una serie de comportamientos y acusaciones que tienen el objetivo de hacerla dudar de su estado mental.
Aunque en la mayoría de los casos el gaslighting lo practican hombres, expertos en el tema también han documentado casos en los que mujeres realizan ese tipo de abuso psicológico hacia sus parejas.
El gaslighting está presente en las parejas que tiene comportamientos tendientes a minimizar o invalidar los sentimientos del otro, con el objetivo de hacerla sentir torpe; además el agresor busca que su víctima dude de su memoria, hasta conseguir que ya no confíe en su propio juicio.
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En algunos casos la persona que practica gaslighting intenta convencer a familiares y amigos sobre la “mala” salud mental de su pareja, con el objetivo de intensificar su estrategia de manipulación a través de terceros.
De acuerdo a expertos, es posible también que algunas parejas estén experimentando ese tipo de abuso psicológico sin darse cuenta de ello, pues en la mayoría de los casos se ven influenciados por las normas sociales impuestas en las que se dibuja a las mujeres con poco control de sus emociones.
¿Dónde surge el término gaslighting?
En 1938 se estrenó la obra de teatro británica Gaslighting, traducida como “Luz de Gas”, la cual tuvo posteriores adaptaciones al cine en 1940 y 1944. El término hace alusión a las lámparas de gas utilizadas en la trama, las cuales eran manipuladas por el marido para hacerle creer a su esposa que está enloqueciendo; él manipula objetos para intentar convencer a ella sobre su inexistente desorden mental.